No soy muy lector del Premio Planeta. Casi estoy por decir que tanto los premiados como los finalistas pasan ante mi sin pena ni gloria.
Pero claro, hay autores a los que les tengo fe ciega y cada una de sus publicaciones suponen un aire fresco al que no estoy en condiciones de prescindir. Así me sucedió hace dos años con Eduardo Mendoza y su "Riña de gatos" y me ha vuelto a ocurrir con Lorenzo Silva. Más si cabe tratándose de los mismos personajes que me han encandilado en las últimas novelas, la pareja formada por el brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro y,
como en su anterior entrega, el guardia Andreu.
Lorenzo
Silva vuelve a ofrecernos una novela llena de intriga, que engancha
desde la primera página, y vuelven sus personajes a penetrar de
lleno en nuestra propia vida. Y es que Silva sabe, como nadie, crear
unos diálogos certeros y veloces en los que nada parece callarse,
llegando a reconocer el carácter de cada uno de ellos y esperar la
fina ironía, la crítica apenas dibujada y, sobre todo, esa relación
personal que les hace tan particulares. Todo ello sin olvidar, claro
está, el propio desarrollo de la historia en la que se logra mostrar
aspectos reales y reconocibles, desde la crisis que padecemos
actualmente, la moral, las redes sociales, el problema de las
autonomías, hasta la corrupción policial, pasando por el mundo de
la droga, la prostitución o el blanqueo de dinero.
Una lectura para todo tipo de lectores y que a nadie dejará indiferente, pues en todas las novelas de la serie Lorenzo Silva sabe llevar el ritmo de la narración y dar rienda suelta a sus personajes, sin permitir que estos se escapen, creando una complicidad entre ellos y el lector que pocas parejas de la literatura española actual logran.
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