Hay días en los que a uno le apetece leer una novela que enganche, que entretenga. Una novela de las que se leen de un tirón y te tiene concentrado en la lectura desde la primera a la última página. Y eso, que nadie lo dude, es lo que ofrece Mary Higgins Clark, la llamada "reina del suspense" por buena parte de la prensa americana.
Habrá quien la tache de lectura fácil, aún así suele exigir concentración ya que los numerosos personajes y los cambios de escenarios lo obligan, de puro entretenimiento, pero es algo que se hace necesario en más de una ocasión. Además, la lectura debe ser atractiva y ofrecerte algo para que accedas a ellas con confianza. Y eso lo ofrece Mary Higgins Clark, pues logra crear una atmósfera casi cinematográfica, en la que nada está escrito al azar y donde cada una de las páginas debe ser tenida en cuanta para el desarrollo de la historia. Parte de esa imagen que nos acerca al cine viene dado por la división del libro en muchos capítulos, en esta ocasión 84, que permiten dibujar escenarios y situaciones distintas y lograr que el transcurrir de los acontecimientos sea rápido.
Es cierto que al principio uno puede caer en la confusión a la hora de ubicar a los diferentes personajes (suele ocurrir cuando los nombres propios lo son de otra cultura idiomática), pero la propia autora deja caer, como escondidas, descripciones sencillas y cómodas que permiten que el lector reconozca, casi de inmediato, de quién se está hablando. Aún así no pasa nada por volver atrás y descubrir que sí sabemos quién está en ese momento apareciendo en la historia.
Mary Higgins Clark logra, además, que dichos personajes tengan una vida propia al margen de la que se narra en la novela, construyendo un pasado y un presente que puede no tengan nada que ver con la historia, pero que permite que el lector los identifique y les de la autenticidad necesaria para que la narración sea creíble.
"Los años perdidos" nos ofrece una de las mejores versiones de la escritora estadounidense, donde logra mezclar a la comunidad universitaria de si país con los enigmas religiosos que hace unos años se pusieron muy de moda con escritores de menor trayectoria literaria. Todo ello en aras de lograr que la intriga aumente a medida que avanzan las páginas, manteniendo en tensión a lector en todo momento. Sobre todo por que, como sucede en muchas de las novelas de este tipo, cualquier apunte puede ser importante a la hora de resolver el misterio.
Una lectura cómoda y accesible, que consigue centrar la atención y que el lector busque cualquier momento para continuar la lectura. Una perfecta opción para pasar un buen momento y cerrar el libro satisfecho una vez acabado.
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