QUÉ LEO HOY:

QUÉ LEO HOY: Sugerencias, debate, crítica, opinión...

jueves, 28 de febrero de 2013

LA REINA DESCALZA. Ildefonso Falcones



Espero que nadie me tire de las orejas por esto, pero debo decir que cuando cerré La Catedral del Mar me sentí un poco como sin fuerzas, descontento ante una lectura que me pareció demasiado simple y casi juvenil. ¡Ojo! no quiero decir que la novela estuviese mal escrita, simplemente que me esperaba algo más, o quizá me la leí demasiado deprisa. El caso es que gracias a este libro mucha gente se enganchó a la novela histórica, género narrativo que nos está dando muchas alegrías a los lectores en los últimos años.
El caso es que cogí La mano de Fátima ante la advertencia de una historia más compleja, con un mayor riesgo narrativo. Y a pesar de que me gustó se me hizo un poco larga.
Y ahora, casi sin querer, debo reconocer que estas casi 750 páginas me han engatusado de tal manera que apenas he hecho otra cosa que sumergirme en sus páginas de forma compulsiva. Reconozco que abrí el libro sin intención de leerlo de momento, de dejarlo para más adelante por miedo a que su tamaño me ralentizase otras lecturas pendientes. Pero aquí estoy, entusiasmado con una lectura cómoda, ágil, que me ha permitido penetrar en pleno siglo XVIII de la mano de dos mujeres. ¡Y qué mujeres! Pues el autor no se ha conformado con reflejar la Sevilla y el Madrid de mitad de dicho siglo, sino que ha dotado de tal fuerza a sus protagonistas que ellas solas iluminan muchas de las escenas narradas. 
Caridad, una esclava negra que acaba de obtener su libertad, y Milagros, una "bailaora" gitana de raza nos trasladan a un universo de música, contrabando, picaresca, venganzas y amor. En una época machista, llena de abusos (en toda la amplitud del término), prejuicios e intolerancia, también encontramos el honor y la lealtad en quienes menos esperamos.
Hay, además, algo significativo y que le da cierto toque personal a la novela; a pesar de señalar la realidad social de un hecho real -la persecución y arresto de todos los gitanos del reino por parte del Marqués de la Ensenada en agosto de 1949- el autor no cae en el error de agobiar al lector con términos arcaicos pretendidamente pertenecientes a la época. Ildefonso Falcones mantiene tanto en las descripciones como en los diálogos un lenguaje actual que favorece mucho la lectura. Y es que si hay algo que no me gusta nada a la hora de leer es que me indiquen qué términos son de la época o tecnicismos marcándolos en cursiva. Por suerte este no es el caso.
Una novela a ratos dura y a ratos sensual que nos asegura un buen rato y, por qué no, una mirada cómoda a un suceso nada edificante de nuestra historia.

miércoles, 27 de febrero de 2013

EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ. Jonas Jonasson



Por supuesto que el título es lo suficientemente provocativo como para que nuestros ojos se dirijan hacia él de inmediato. Por no hablar de la portada tan llamativa, aunque al principio permanecía oculta tras esa horrible faja que muchas editoriales se empeñan en colocar.
Una portada que intenta indicarnos lo que vamos a encontrar dentro, un personaje sugerente, divertido y locuaz: Allan Karlsson, quien al cumplir 100 años huye de la residencia de ancianos en la que vive para mostrar un mundo surrealista que invita a la carcajada mientras es capaz de construir dos historias paralelas llenas de ingenio y presteza narrativa.
Apta para todo tipo de lectores, la novela entrelaza historias y personajes de lo más variopinto, desde aquellos que representan lo más destacado del siglo XX, hasta quienes han nacido únicamente para esta narración. Lo mejor de todo es que no se conforma con crear una buena historia, sino que logra atar todos los cabos para que el lector descubra, sorprendido, que todo puede suceder ¡y de qué manera!
Jonasson logra en muchos momentos que permanezcamos frente al libro con la boca abierta, tardando unos segundos en asimilar las aventuras del protagonista. Y es que consigue encadenar una serie de episodios de manera magistral, haciendo al lector partícipe de una trama inteligente. Porque no estamos ante una lectura más, llena de tópicos y "gags" que completan la narración, es ésta la que  se autogenera para incitar al lector a ser copartícipe de cada uno de los acontecimientos, de esos momentos trascendentes en la historia del siglo pasado.
Tan faltos como estamos de novela de humor es de agradecer una lectura tan fresca y sorprendente, que logra mantener al lector atento en todas sus páginas gracias a una soberbia trama y a un final casi apoteósico.
Una novela que deja tan buen sabor de boca que días después de abandonar el libro no solo sigues relamiéndote, sino que cambia el gesto, esbozando una sonrisa, cada vez que recuerdas algunos de los instantes más lúcidos y divertidos de la obra. Sin duda alguna el mayor descubrimiento narrativo del año pasado fuera de nuestras fronteras, tanto por lo que nos cuenta, como por la manera de contarlo.

martes, 26 de febrero de 2013

EL PARAÍSO DE LOS GATOS Y OTROS CUENTOS GATUNOS. Émile Zola, Mark Twian, Rudyard Kipling y Saki



En los últimos años y gracias a editoriales como Nórdica, hemos podido acceder a obras de autores ya considerados clásicos que, o no se habían publicado en nuestro país, o lo habían sido hace mucho tiempo. Muchas de estas obras se han vuelto a traducir y no es extraño constatar cómo existen cambios tan significativos que, en más de una ocasión, te da la impresión de que se trata de otro libro. Muchos de estos textos, pequeños relatos, pasarían inadvertidos si no fuese por la delicadeza con que son tratados y lo llamativo del resultado, de unas publicaciones en las que se aprecia un gusto exquisito y un amor por el libro más que destacable.
Este pequeño libro contiene cuatro pequeñas joyas de narrativa que poseen en común al gato como protagonista. Cada uno, como es de esperar, tratado de manera diferente y con un impacto también distinto en el lector. Cada texto tiene su propio ilustrador, lo que permite autentificar aún más cada relato.
Es de destacar también la elección de la portada, ilustración de Javier Olivares, en la que un gato lee con atención "El gato negro" de Edgar Allan Poe.
El primer relato da título al libro: El paraíso de los gatos es un texto exquisito, en el que Émile Zola usa a sus personajes felinos para hacer una alegoría de la libertad en contraposición a la seguridad del encierro. El protagonista  huye de la casa acomodada en busca de esa libertad y no solo no encuentra la felicidad,  sino que echa mucho de menos la comodidad de la casa de su "ama". La ilustración corre a cargo de Ana Juan.
El gato de Dick Baker apunta con claridad a la prosa de Mark Twain, en este caso Elena Ferrándiz será la ilistradora, y nos sumerge en un ambiente minero característico. Texto agradable e inteligente en el que nos descubre la importancia del gato en una cita para enmmarcar: "porque a falta de mujeres e hijos, los hombres de buen corazón se encariñan con las mascotas, pues necesitan algo que amar".
Por su parte Rudyard Kipling nos regala El gato que andaba solo  una fábula maravillosa que nos muestra cómo los animales domésticos dejaron de ser salvajes. Un relato conmovedor que nos invita a releer cualquiera de las obras del autor. El ilustrador será, en este caso, Adolfo Serra que iluminará, más si cabe, el relato.
Por último Saki muestra con Tobermory  su  faceta más irónica y humorista dando voz, tal y como suena, a un gato, logrando que cunda el pánico entre todos aquellos que sienten que algo oculto puede ser descubierto. Javier Olivares ilustra el relato.

lunes, 25 de febrero de 2013

EL ASOMBROSO VIAJE DE POMPONIO FLATO. Eduardo Mendoza



¡Cuidado! Empezar a leer esta novela logrará que pases del asombro de las primeras páginas a la carcajada más explosiva gracias a la capacidad de Eduardo Mendoza para sorprender, para crear un personaje que roza el surrealismo y el esperpento.
A caballo entre la novela histórica, la novela de humor y la de intriga, esta novela nos sitúa en pleno siglo I de nuestra era en Nazaret por medio de las andanzas del protagonista que da título al libro, un personaje estrambótico y delirante que ejercerá de narrador y nos llevará de la mano por unos escenarios fácilmente reconocibles.
Será el lenguaje, hay que prestar especial atención a los diálogos, el que mejor se ajuste al carácter que el autor trata de imprimir a la novela. Un lenguaje lleno de arcaísmos, de giros de otros tiempos que, al contrario de caer en la pedantería, nos invitan al regocijo y a la risa.
Pomponio Flato, apellido que dice mucho de lo que acontece al protagonista, nos sitúa de inmediato en la historia, con personajes conocidos y a los que da un tratamiento completamente distinto al que estamos acostumbrados. Hay quien habla de crítica a la novela histórica, y que usa la infancia de Jesús de manera apócrifa para indicar ciertos aspectos, cuanto menos, extraños; pero lo cierto es que Mendoza lo único que nos ofrece es una novela de humor, de mucho humor. Por supuesto que está situada en un momento concreto y recupera personajes históricos, pero lo hace de tal manera que nadie debe sentirse ni ofendido, ni reflejado. La mejor manera de pasar un rato agradable leyendo.
Volvemos a descubrir al Eduardo Mendoza de Sin noticias de Gurb, El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas o La aventura del tocador de señoras, en las que la ironía parecen abarcar todo e inundan al lector de un humor que es de agradecer en el mundo de la literatura actual.

domingo, 24 de febrero de 2013

MEMENTO MORI. César Pérez Gellida



Me encanta la novela de intriga. Sobre todo la novela policíaca propiamente dicha, aquella en las que los malos son muy malos y los buenos siempre pertenecen a algunas de las Fuerzas del Orden. Por supuesto que ya no me conformo con que las historias sean buenas, busco algo más, detalles que autentifiquen la historia, aspectos coherentes que ofrecen credibilidad en todo momento y, claro está, que la lectura me regale más de una sorpresa.
Me gusta ser capaz de imaginar los lugares que aparecen en la historia, lugares que casi conozco sin necesidad de mirar plano alguno cuando cierro el libro (esto, por supuesto, cuando el escritor es bueno), aunque no reniego de mirar los callejeros cuando estos forman parte de la propia novela. Así que es fácil imaginar lo poco que me ha costado situar cada uno de los segundos de esta historia que transcurre en Valladolid, una ciudad en la que viví cinco años y de la que, con maestría, el autor vuelve a transportarme a lo largo  de las casi seiscientas páginas.
César Pérez logra que el lector acompañe a los protagonistas, tanto los buenos como los malos, en cada instante, estando presente en cada uno de los crímenes y en cada una de las investigaciones. Por que va de eso, de crímenes e investigaciones, de un asesino en serie y de policías, de buenos y malos.
Una novela precisa, en la que los acontecimientos se suceden en su justa medida, en la que nada aparece desajustado y en la que todos los personajes se hacen imprescindibles. Es cierto que estos reciben un tratamiento especial, que el autor se detiene en ellos todo lo posible para que el lector no pierda detalle y sea capaz de identificarlos no solo físicamente, sino también psicológicamente. Sus aciertos, miedos y fobias serán quienes dirijan el ritmo de la narración.
El autor dibuja a la perfección todo lo que va sucediendo y nos permite a los lectores mirar a través de una cámara, como espectadores privilegiados, cada fotograma, cada imagen. Los sonidos, importante papel de la música y la literatura, los olores y los colores quedan impresos e impregnan en todo momento la lectura.
Memento mori queda grabado en la mente del lector una vez abandonado el libro, pues la atmósfera del mismo envuelve incluso una vez cerrado. Una novela inquietante, que te agarra de tal manera que parece tener una fuerza especial para que busques cualquier excusa para seguir leyendo.




viernes, 22 de febrero de 2013

LA CAZA. Clive Cussler



Reconozco que hay una serie de autores de sagas literarias a los que identifico inmediatamente con el protagonista de sus novelas. Hasta tal punto que me cuesta mucho sumergirme en aventuras en los que son otros los protagonistas. Héroes, por llamarlos de alguna manera, de los que creo conocer casi todo, ya que han sido muchas las aventuras que hemos "vivido" juntos.
Uno de los casos más característicos es Clive Cussler, novelista de aventuras en las que el agua suele ser protagonista ya que él ha sido un submarinista reputado y ha participado en el hallazgo y recuperación de numerosos barcos hundidos. Con más de 40 libros de ficción Dirk Pitt, al menos para mi, es su personaje más característico y, en cierta manera, alter ego del propio autor, pues tienen  muchas cosas en común además del submarinismo, la aventura y el coleccionismo de coches antiguos.
 En La caza su protagonista nada tiene que ver con Pitt, casi diríamos que no con el agua, aunque sí será en el inicio y en el final fundamental para el desarrollo de la historia. Además, se aleja en el tiempo y nos sumerge en el Oeste Americano, en pleno 1906, en un país en pleno crecimiento y en el que la violencia y el robo nos acerca, y mucho, a las famosas películas del Oeste.
Será en esta ocasión el detective Isaac Bell quien protagonice la aventura, en una persecución desenfrenada tras las huellas de un ladrón de bancos sin escrúpulos.
Con unos escenarios perfectamente reflejados, con lo que es fácil imaginar tanto las ciudades, alojamientos, medios de transporte, e incluso vestimentas, Cussler logra situarnos con enorme facilidad en la historia. Pareciendo, casi desde las primeras páginas, que somos partícipes de la historia, pues lo mismo es capaz de describirnos a la perfección una locomotora, el arma que lleva uno de los detectives, o la calle principal de cualquiera de las ciudades en donde transcurre la historia.
Sin apenas un respiro en sus más de cuatrocientas páginas el autor logra que olvidemos esos prejuicios a la hora de enfrentarnos a un personaje diferente y que sintamos en todo momento el calor y el polvo que acompaña a los protagonistas.
Un buen compañero de viaje en un autobús, tren o avión para que el tiempo pase volando. Y vuelvo a repetir, una novela de Clive Cussler que nada tiene que ver con las otras novelas del autor americano.

HOMENAJE A MACHADO



      Y cuando llegue el día del último viaje,
  y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
  me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
  casi desnudo, como los hijos de la mar.

       


Hoy es el día indicado para rebuscar en la estantería y coger alguna de las poesías de Antonio Machado, mejor, sin duda alguna, si son las poesías completas de la Colección Austral, y rendimos un pequeño homenaje al poeta sevillano en el aniversario de su muerte.
El día 22 de febrero de 1939, Miércoles de Ceniza, a las tres y media de la tarde Don Antonio Machado fallecía en la ciudad francesa de Collioure. Así que bien vale esta fecha para celebrar la poesía del autor de Campos de Castilla y disfrutar  de uno de los poemarios más representativos de la literatura en lengua castellana.
Machado logra transmitirnos la esencia misma de la poesía, pero también de la vida, conjugando en unas obras completas su respeto a la tradición y a la innovación. Culto y letrado, viajero y amante de la naturaleza supo reflejar en cada uno de sus versos todas sus pasiones, el amor que sentía por todo lo que se presentaba ante él. Sufrió por el hombre, por la tierra y por esa España a la que tanto amaba y por la que eligió el exilio.
Pero son sus poemas, además de artículos, reflexiones y cartas, las que hoy siguen presentes en nuestras bibliotecas y como decía Ian Gibson "cantó como nadie la añoranza de lo que no pudo ser, de lo que se llevó el aire" (Ligero de equipaje, 2006).
Siguen siendo sus versos desnudos, sus poemas herederos del 98, quienes mostraron una poesía directa y sincera, siendo su poesía "un diálogo de un hombre con su tiempo" y demostrando que, por encima de todo, había esperanza.
Qué mejor final para este día que el último verso encontrado en el bolsillo de su abrigo:

                                                                                 Estos días azules y este sol de la infancia.




miércoles, 20 de febrero de 2013

EL NOMBRE DEL VIENTO. Patrick Rothfuss


 
Patrick Rothfuss ha sido uno de los descubrimientos más satisfactorios para los amantes de la novela de fantasía. La forma de narrar y la fuerza de un personaje como Kvothe han logrado que este libro, el primero de una trilogía, nos encandilara desde la primera página.
Pero quizá lo más llamativo es que estamos ante un libro que puede ser leído por aquellos a los que este tipo de literatura, la que combina magia, fantasía y mitología, no les llama la atención. Hay mucho de aventura, de crecimiento, de búsqueda y supervivencia.
Sí, claro que hay fantasía, y magia, y originalidad, mucha originalidad. Por supuesto que el autor ha bebido en las fuentes de los grandes autores, pero tiene mucho de cosecha propia, mucho de autenticidad cuando construye los personajes, los escenarios y los acontecimientos narrados.
Y es que el autor ha sabido construir una historia con mayúsculas, en la que los personajes se van asomando con timidez y, poco a poco, ganan en confianza para ser los protagonistas de la novela. Una historia en la que todo parece tener sentido, en la que todo es real y visible según se está leyendo el libro, en la que la opresión de algunas escenas no es gratuita, es necesaria para recrear los ambientes en los que se mueve Kvothe.
Es él, el protagonista, quien deberá soportar que en un momento le admiremos, al poco nos de lástima y un poco más adelante se convierta casi en nuestro compañero de correrías. Porque tiene vida, evoluciona y crece frente a las adversidades, luchando a cada momento para lograr que sus aspiraciones se lleven a cabo.
Tiene, además, un ritmo perfecto, en el que las cosas avanzan en su justa medida para hacer partícipe al lector de los distintos acontecimientos, permitiendo que cada etapa de la vida del protagonista adquiera un velocidad diferente.
Un mundo distinto, una forma de ver la fantasía de otra manera, pero que no deja indiferente a los amantes del género. La única pega que la continuación, "El temor de un hombre sabio", tardó dos largos años en ver la luz y la tercera sigue siendo una incógnita.

martes, 19 de febrero de 2013

DOS HISTORIAS NADA DECENTES. Alan Bennett



A nadie se le escapa que estamos en unos momentos en los que el erotismo, o al menos algunas de sus vertientes, están de moda en la literatura. Así que la portada y el título de este libro puede que lleven a engaño y algunos lectores  acudan a él por equivocación.
Bendita equivocación, pues tendrán entonces la suerte de acceder a una literatura de larga tradición en el mundo anglosajón, y que nosotros conocemos como "humor inglés"; una narrativa ácida, irónica, en la que los dobles sentidos son capaces de abrir muchas puertas, incluso la de la imaginación. Si buscan lo otro mejor aparquen la gran cantidad de novedades que están apareciendo tras la estela de Grey y rebusquen a Henry Miller, D.H. Lawrence o Dominique Aury (es un consejo de lector y de profesional), aunque si lo otro les divierte, estupendo.
Bueno, a lo que íbamos, Alan Bennett nos regala dos relatos demoledores, en los que sí encontramos algo de "voyeurismo", en los que se nos invita a mirar las cosas desde un punto de vista contrario a lo común. O mejor dicho, cómo alguien puede dar la vuelta de inmediato a su forma de vida  y abandonar la monotonía a la que está acostumbrado.
Claro que hay sexo, y deseo, y placer, porque el autor nos incita a mirar a través de ese ojo de cerradura que oculta las pasiones, pero a la vez nos invita a reírnos de las convenciones sociales, de esos puntos de vista que nos hacen, en muchas ocasiones, caer en el más espantoso de los ridículos. Nos permite ver esas vidas secretas que todos tenemos y que tienen, sin lugar a dudas, muchas sorpresas.
Dos relatos inteligentes, ajenos a la vulgaridad y en los que el humor nace de las situaciones, no de los personajes, ni de sus defectos. Situaciones dispares y ocurrentes en los que podemos encontrar, y encontramos, de todo, pues en todo momento somos conscientes de que puede suceder cualquier cosa.



lunes, 18 de febrero de 2013

LA CENA. Herman Koch



Este es uno de esos libros de los que es mejor no saber nada, de cogerlo entre tus manos sin leer antes de qué va. Así, como me ha ocurrido a mi, se convierte en una sorpresa, donde la trama se va creando a medida que se lee el libro, cobrando cada vez más importancia. Y lo  que parece que es una lectura sin mucha trascendencia -eso sí escrito de tal manera que te sitúas en la piel de Paul, el protagonista, desde la primera línea y llegas incluso a sentirte presente en cada uno  de los escenarios que se reflejan gracias a la perfecta caracterización tanto de personajes como de situaciones-, se convierte en una historia inquietante en la que no puedes sentirte indiferente.
Con un  ritmo creciente "La cena" cambia de registros a medida que la narración avanza, llegando a posicionarte con personajes a los que luego rechazarás, entrando de lleno en el juego al que te invita, sin ser consciente de ello, el escritor.
Diseñada a modo del banquete que da título al libro, la historia que se nos narra, además de ser impactante, nos envuelve de tal manera que invita a la autocrítica, a la posibilidad de ese posicionamiento antes mencionado y en la se pasa de la risa, o de la sonrisa, gracias a las descripciones, al asombro y la sorpresa.
Una novela que traspasa los límites del libro para ubicarse en un plano tan cercano a la realidad que muchos de sus momentos parecen ser vividos en primera persona, haciéndonos plantear un buen número de preguntas. Puede que guste o no, pero seguro que a nadie le dejará indiferente. 

domingo, 17 de febrero de 2013

INTEMPERIE. Jesús Carrasco



No voy a descubrir ahora que hay apuestas literarias a las que la publicidad convierte en éxito casi de inmediato. Ni siquiera que hay autores que ya, desde que se anuncia su próxima novela, tienen un buen número de ventas aseguradas. Pero sí suele ser extraño, muy extraño, que un autor novel encuentre una aceptación internacional antes incluso de publicar la novela.
Eso es lo que ha ocurrido con la novela de Jesús Carrasco, pues en toda Europa se hablaba de ella antes de estar publicada. Países tan dispares -en cuanto a la lectura- como Francia, Inglaterra, Alemania o Brasil compraron los derechos antes incluso de que la obra estuviese publicada en España.
Así que no es raro que muchos acudiésemos a la lectura de "Intemperie" inmersos en una serie de incógnitas que, por desgracia, no siempre se despejan de manera positiva.
Por suerte, desde la primera página las expectativas se vieron gratamente recompensadas con una narrativa inteligente y, lo que es más extraño, consecuente. Bien es cierto que, como ya apuntaban las primeras palabras sobre el libro, nos recuerda al Miguel Delibes de "Las ratas" y al Cormac McCarthy de "La carretera", me atrevería a decir que incluso al Avelino Hernández de "Los Hijos de Jonás" y de otros autores castellanos que muestran el desasosiego y la dureza de un medio en el que prima la supervivencia. Pero también aporta algo más, la hermosura de la angustia y la atemporalidad de un espacio y unos personajes que no necesitan nombres.
Sol, calor, sequía y dolor son aquí síntoma de vida y superación, con un magnífico dominio de lenguaje y en el que cada palabra, cada párrafo aparecen en sus justa medida. No sobra nada, ni falta nada. Imágenes que cortan la respiración esconden la mayor de las ternuras cuando aún el lector no se ha recuperado. Y ahí, en ese manejo del tiempo narrado es donde mejor demuestra el autor su dominio de la narrativa, en poner pausa cuando el lector quiere correr y aceleración cuando el lector pretende que la historia avance  lentamente.
Un novela inolvidable, que atesora en sus páginas la belleza de la soledad. En un mundo en el que manda la violencia, en un espacio donde todo suena a dolor, el autor es capaz de dibujar, no tanto el retrato de la esperanza, sino el paisaje de la propia vida. 
La dureza, el dolor, la angustia de la lectura se verá recompensada con momentos de gran lirismo que engrandecen, aún más si cabe, la novela. Una novela de sentidos, donde el olfato, el oído y la vista se intensifican a cada instante.

viernes, 15 de febrero de 2013

EL HOBBIT. J.R.R. Tolkien



Hacía mucho tiempo que quería volver a leerme El Hobbit. La última vez fue antes de la primera película de la saga de Peter Jackson. Quise releer, como ha sucedido ahora, El Señor de los Anillos antes de ver la película y empecé por este.
Tengo el libro ajado por las muchas lecturas -necesita que un buen encuadernador le eche un vistazo-, pero, a pesar de sus hojas amarillentas he vuelto a disfrutar de las aventuras de Bilbo y sus compañeros en este "cuento" fantástico en en que cada página es un verdadero disfrute para los sentidos.
Es cierto que transcurren los años y los libros se suman y, pese a lo que muchos piensen, hay lecturas que no pasan de moda, al contrario, evolucionan con uno, de manera que son distintas a lo que eran hace más de 20 años.
Por supuesto que podemos establecer el debate entre libro y cine, a mi la película me gustó bastante, y que siempre hay lagunas que el cine no es capaz de llenar, por eso viene bien volver a leer, pasado un tiempo, libros como este. Sobre todo porque hay momentos y situaciones que parece han cambiado, o que la memoria no ha sido capaz de retener como otros.
Lo cierto es que he vuelto a disfrutar, a pasar las páginas con rapidez, acompañando a Bilbo y los trece enanos hacia La Montaña Solitaria, viviendo una aventura tan fantástica como lo son todos los personajes que aparecen. Eso sí, sin olvidar que es, y será a pesar de la opinión de muchos, un cuento en todos los sentidos.
El Hobbit lo tiene todo: fantasía, aventura, intriga, misterio, sorpresas, batallas... Y una historia que recuerda a los viajes épicos, donde todos los personajes tienen una razón de ser y donde nada se antoja prescindible. Una lectura para todas las edades y estados de ánimo.

jueves, 14 de febrero de 2013

MUERTE EN EL CAFÉ GIJÓN. Rubén Loza Aguerrebere




Lo que más llama la atención de esta novela es su tamaño, más pequeño que un libro de bolsillo. Sobre todo cuando al abrirlo, la letra, es de tamaño normal.
Así que a nadie debe extrañarle el que se lea de un tirón. Aunque, que quede claro, no es el tamaño lo que favorece su lectura, sino la manera que tiene el autor de escribir y, lo que es más importante, lo que nos cuenta. 
No voy a negar que el título es ya de por si lo suficientemente sugerente como para llamar la atención, como para que los ojos se vayan directos hacia él. La combinación de un llamativo "Café Gijón", al menos para quienes nos atrae todo lo que huele a literatura, y la primera palabra del título, "muerte", tiene algo que lo hace atractivo.
Pero la mejor manera de describir el libro es definirlo como sencillo e inquietante. Sencillo porque Rubén Loza nos ofrece una escritura fluída, no por ello exenta de calidad, en la que la trama, directa, permite fantasear con enorme facilidad con lo que se va narrando, favorecido por una inusual capacidad para describir espacios y personas a lo largo de sus cortos capítulos. E inquietante por la manera que tiene el autor de contarnos la historia, no tanto porque ya en las primeras páginas nos muestra el crimen y el asesino, sino porque a lo largo del libro en vez de buscar culpables, buscamos inocentes, pues todos se acusan de ser los causantes de esa muerte que recorre  la novela.
Hay además un juego literario entre los  propios protagonistas y estos con el lector. Sin olvidar a figuras de la talla de Hemingway, Borges, Bioy Casares o Edmond Rostand que se pasean por sus páginas.
Un libro que atesora el placer de leer porque quien lo ha creado ha sabido transmitir el placer de escribir.

miércoles, 13 de febrero de 2013

EL NOMBRE DE LA ROSA. Umberto Eco



Recuerdo que cuando leí El Nombre de la Rosa por primera vez me sorprendió la maestría del autor para lograr que me situara en la historia casi desde la primera página. Recuerdo, además, que las frases en latín me las saltaba por no perder un segundo y seguir leyendo para ver en que acababa el libro.
Ahora, en nueva lectura y tras ver varias veces la película, tengo que reconocer que no me puedo quitar de la cabeza la imagen de Sean Connery cada vez que me imagino a Guillermo de Barkerville intentando resolver las distintas muertes acaecidas en el monasterio.
La inteligencia de los diálogos, en muchas ocasiones largas disertaciones del protagonista que sirven para hacer que prestemos más atención, y las completas descripciones de Adso de Melk que es quien nos narra la historia, logran una novela que despierta admiración 33 años después de su aparición.
Con su prosa ágil el autor nos introduce en un mundo lleno de misterio, en el que debemos estar atentos en todo momento por miedo a perder un detalle que sea imprescindible para resolver los enigmas. Pues estamos ante una novela histórica que nos sitúa en pleno siglo XIV, pero también ante una novela policíaca, hasta tal punto que la trama se va complicando a medida que se avanza en la lectura.
Eso sí, ahora, con una trayectoria lectora más amplia no solo he disfrutado mucho más del libro, de cada descripción, de cada ironía de su protagonista, de cada cita, de cada personaje, incluso los textos en latín tienen traducción. Además, según avanzaba en la lectura, esta parecía distinta, sorprendiéndome cada página como si se me hubiesen borrado de la memoria muchas de las escenas, o al menos éstas se han dibujado de distinta manera.

martes, 12 de febrero de 2013

EL AZAR DE LA MUJER RUBIA. Manuel Vicent




Para qué lo voy a negar, por muchas vueltas que le he dado no sé como catalogar el último libro de Manual Vicent. Tengo claro que es una obra de ficción, pero son tan reales la mayoría de los aspectos que narra que hay momentos que hasta ni eso tengo claro.
Los protagonistas son reales, muchos de los acontecimientos también y los cambios producidos en España durante la década de los sesenta son estimulantemente conocidos. Así que a nadie le debería extrañar la cantidad de dudas que aparecen en cuanto comienza la lectura.
Manuel Vicent domina el escenario -esa España a punto de cambiar, en la que empiezan a soplar aires nuevos y en la que todo parece sacado de la mente de un escritor surrealista- con una buena dosis de ironía, de humor descarnado que logra, no sé si la sonrisa, pero seguro que sí el asombro.
Una novela ácida, que parece corroer la propia memoria, agujereando esos espacios aún no tapados y que bien podrían completar el triángulo que el autor ha creado para nuestro deleite: Adolfo Suárez, el príncipe Juan Carlos y una mujer rubia llamada Carmen Díaz de Rivera.
La historia comienza con la imagen de Suárez acompañado por el rey. El monarca conduce al expresidente enfermo de alzehimer con un brazo sobre el hombro en lo que parece el paseo de un par de amigos. Serán los desvaríos de Suárez los que nos muestren al principio las imágenes, a veces reales, a veces confusas, de una España a punto de entrar en democracia, para pasar a una España más actual. Siempre con nombres y apellidos que a todos no son conocidos y nos harán recuperar imágenes de nuestra memoria.
La capacidad de describir de Vicent, a todas luces inteligente, logra construir momentos de gran belleza imaginativa consiguiendo una lectura ágil y entretenida.

lunes, 11 de febrero de 2013

EL LECTOR DE JULIO VERNE. Almudena Grandes



No voy a negarlo, no me leí INÉS Y LA ALEGRÍA porque al hablar Almudena Grandes de que la serie "Episodios de una Guerra Interminable" constaba de seis libros, me daba mucha pereza engancharme a una lectura que no se sabía como iba a continuar. Cuando esta novela se presentó aislada de la anterior, solo mantenía la unidad de ser una novela de la Guerra Civil española, y la gente empezó a hablar de ella no pude evitar sumergirme en sus páginas.
¡Y qué acierto! Pues la autora no solo sigue demostrando que es una de las más destacadas escritoras de nuestro país, sino que tiene la suficiente sensibilidad como para atraparnos en el drama y construir ternura donde hay dolor.
Con un lenguaje cuidado y unos personajes entrañables, Almudena Grandes nos introduce en el espacio de una guerra injusta, dura, donde un instante cruel da paso a la esperanza; donde a la tristeza más desgarradora se suma una ternura casi irreal; donde la maldad es superada por una humanidad profunda y emocionante.
Porque la autora, además de saber de qué está hablando, tiene la capacidad de hacerlo de una manera especial, de trasladar al lector un espacio narrativo que crece a medida que se avanza en la historia y que permite que se mantenga viva la esperanza dentro de la dureza de los acontecimientos, logrando que  sea partícipe de cada uno de los momentos que se narran en el libro.
Una novela que describe a la perfección sucesos cotidianos de la posguerra que perturban al lector hasta tal punto que cortan, por unos segundos, la respiración. El retrato maestro de los diferentes personajes se hace tan cercano que parece conozcamos a cada uno de ellos, incluso desde antes de empezar la novela, dibujando en nuestra mente un pasado y un futuro del que nada se dice.
Escrita desde el bando de los perdedores, sorprende  la capacidad para lograr el drama de algunos de los vencedores, o que pertenecían a ese bando, que deben ocultar sentimientos y acciones para poder pasar desapercibidos.

domingo, 10 de febrero de 2013

EL MAESTRO DEL PRADO. Javier Sierra



Algo tiene que tener Javier Sierra cuando alguien como yo, poco apasionado por lo esotérico y más bien escéptico en buena parte de los enigmas que suele plantear el autor, coge uno de sus libros y se lo lee de un tirón, enganchado a la lectura por ver en qué acaba la historia.

En esta ocasión debo reconocer que el hecho de hablar del Museo del Prado y algunos de los cuadros que ahí se exponen tiene mucho que ver -como lo era la aparición de Estambul en su anterior novela, "El ángel perdido", o la figura de Sor María de Jesús de Ágreda en "La Dama Azul"-. Pero lo que  no puedo negar es que cuando me quise dar cuenta ya estaba por la página 80. Y eso, pese a quien le pese, es un mérito del autor, uno de los más leídos de España.
Y es que Sierra es el verdadero maestro en mostrar con enorme claridad lo desconocido, de trasladar al lector a espacios escondidos. En esta ocasión serán los mensajes ocultos en muchos de los cuadros de los maestros italianos del Renacimiento.
Será el propio Javier Sierra el protagonista que nos llevará de la mano por los distintos lienzos del Museo del Prado (más otros tantos que pertenecen a las pinacotecas más importantes de Europa) en los primeros años de la década de los noventa del siglo pasado gracias a un personaje enigmático, el doctor Luis Fovel, que le va mostrando, a modo de viaje iniciático, esos mensajes ocultos mediante símbolos
Aunque la mejor explicación al propio libro la encontramos dentro de sus páginas:
"Cuando leemos un libro que nos conmueve entramos en un estado mental diferente. Es como entrar en otro mundo. Cuando admiramos una pintura o escuchamos una melodía que toca algo en nuestro ser más íntimo sucede lo mismo. Es como si lográramos elevarnos por encima de lo material y, por un instante, fuéramos capaces de participar en algo sublime".
Una novela, que así debería describirse, que engancha, que nos lleva por múltiples vericuetos del arte y la historia y que mientras dura la lectura sumerge al lector en un universo lleno de misterio ajeno a las interpretaciones oficiales.

viernes, 8 de febrero de 2013

EL GUARDIÁN INVISIBLE. Dolores Redondo



 
Hasta hace pocos años muy raros eran los autores españoles que llegaban al cine extranjero. Prácticamente se contaban con los dedos de la mano quienes vieron cómo sus novelas servían de inspiración al cine de Hollywood. Pero poco a poco encontramos a novelistas del nuestro que venden los derechos de sus obras para ser llevados al cine; otra cosa son los resultados finales.
Pero quizá es todavía más llamativo que un autor, autora en este caso, lo logre sin la prueba física del libro. Esto es lo que ha sucedido con Dolores Redondo, que antes de sacar "El guardián invisible" al mercado ya había encontrado comprador de su novela.
Redondo nos ofrece una novela de intriga al más puro estilo cinematográfico, o televisivo, con la aparición de varios cadáveres y un posible asesino en serie y, lo que es más importante, con una protagonista, la inspectora de homicidios de la Policía Foral Amaia Salazar, llena de fuerza y tesón.
A través de más de cuatrocientas páginas la inspectora nos dibujará perfectamente los escenarios en los que se mueve, que además pertenecen a los de su infancia, recorriendo con ella espacios físicos reconocibles (a mi me sobran nos nombres de las calles)  y que, por qué no, seguro que podrían permitir un futuro diseño turístico. Y logra, además, construir el pasado familiar y el retrato psicológico de todos aquellos que forman parte de la trama. Una trama directa y fresca, que atrapa al lector desde el inicio y que va creciendo a medida que se producen los diferentes sucesos.
Aunque, por qué no decirlo, lo que más llama la atención de la novela y, por lo tanto, la hace diferente, es ese componente mitológico que penetra en la tierra y nos acerca al mundo mágico de las tradiciones ancestrales del entorno navarro y vasco. Ese  halo de misterio que envuelve al pasado de la misma tierra, de Elizondo y los bosques que lo rodean.


RECOGE LA LUZ DEL SOL CON LAS MANOS. Toyo Shibata



Pocas veces llegan a nuestras manos libros que marcan un antes y un después, libros que parece tengan un halo especial y que logren transmitir muchas más cosas que las que parece dicen sus páginas.
Y eso sucede con este pequeño pero intenso poemario. Y por muchas razones. Primera, no voy a ocultar que fue lo que me llamó la atención, que su autora tenga más de cien años (nació en 1911); y segunda, que tenga la sensibilidad suficiente para que logre cambiar mi estado de ánimo y que me deje llevar por las palabras hasta casi no percatarme de que estoy leyendo un libro.
Toyo Shibata transmite, con la profundidad que solo es capaz de lograr la experiencia y la serenidad, la pura esencia de la vida, dando protagonismo a lo cotidiano, a lo más elemental, sacándole un partido increíble y llevando al lector de la mano por cada uno de los poemas.
Aunque está claro que el libro es un todo, es la transmisión de un legado que su autora va entregando a quien accede a él, cada poema tiene la fuerza suficiente como para cerrar los ojos una vez leído y asumir cada una de sus palabras, cada uno de sus versos. Pues es la sencillez, la claridad con que la autora logra expresarse, la que con más facilidad ahonda en quien mantiene el libro entre sus manos.
Una pequeña joya venida de Japón que logra saltar fronteras gracias a una persona que se hace cercana desde el primer momento, con una simpatía desbordante y que consigue, desde el poema inicial (Madre I) penetrar en cada uno de nosotros. No hay que olvidar, no me canso de repetirlo, que somos los lectores los que damos vida al poema, aunque sean otros los que hayan juntado las palabras, ya que autentificamos cada uno de los versos. 
Toyo no ha tenido que recurrir a caminos enrevesados para hablarnos, avanza directamente, con claridad, tocándonos de inmediato con una aureola tierna y afable que nos embarga, haciendo que cada poema dibuje una realidad cercana, llena de sentimientos y fabulaciones que permiten que veamos la vida con un punto más de optimismo.

jueves, 7 de febrero de 2013

ME HALLARÁ LA MUERTE. Juan Manuel de Prada



Tras cinco años de silencio  Juan Manuel de Prada vuelve con una novela coral en la sigue demostrando su buen hacer como narrador, como constructor de escenas llenas de enredo que logran atraer al lector hacia unos escenarios perfectamente recreados y en los que los personajes, a pesar de sus avatares (a veces espeluznantes) se sienten muy cómodos.
La División Azul y el Madrid de la posguerra serán los lugares elegidos por de Prada para introducirnos en una historia con tintes épicos, con buenas dosis de intriga y drama, y en la que no falta un recorrido por todo tipo de pasiones. Pero será el dominio del lenguaje, la perfecta construcción de cada una de sus páginas la que hará que el lector disfrute de la novela, que cuenta, además, con la fuerza suficiente para leerse de un tirón, para disfrutar de los vaivenes de Antonio y Carmen, sus protagonistas, y de todos aquellos que aparecen en este juego que tiene mucho de picaresca y de lucha por la propia supervivencia.
Una novela, y unos personajes, que parece mantenerse incluso cuando el libro se ha cerrado, como si la ficción que se nos ha narrado pertenezca a la misma historia. Y es que hay momentos donde  las imágenes parecen superar también la ficción y las crudas descripciones adquieren una autenticidad casi cinematográfica, lo que demuestra que, por encima de todo, de Prada es un gran creador de grandes historias y de grandes personajes.

miércoles, 6 de febrero de 2013

LA MARCA DEL MERIDIANO. Lorenzo Silva



No soy muy lector del Premio Planeta. Casi estoy por decir que tanto los premiados como los finalistas pasan ante mi sin pena ni gloria.
Pero claro, hay autores a los que les tengo fe ciega y cada una de sus publicaciones suponen un aire fresco al que no estoy en condiciones de prescindir. Así me sucedió hace dos años con Eduardo Mendoza y su "Riña de gatos" y me ha vuelto a ocurrir con Lorenzo Silva. Más si cabe tratándose de los mismos personajes que me han encandilado en las últimas novelas, la pareja formada por el brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro y, como en su anterior entrega, el guardia Andreu.
Lorenzo Silva vuelve a ofrecernos una novela llena de intriga, que engancha desde la primera página, y vuelven sus personajes a penetrar de lleno en nuestra propia vida. Y es que Silva sabe, como nadie, crear unos diálogos certeros y veloces en los que nada parece callarse, llegando a reconocer el carácter de cada uno de ellos y esperar la fina ironía, la crítica apenas dibujada y, sobre todo, esa relación personal que les hace tan particulares. Todo ello sin olvidar, claro está, el propio desarrollo de la historia en la que se logra mostrar aspectos reales y reconocibles, desde la crisis que padecemos actualmente, la moral, las redes sociales, el problema de las autonomías, hasta la corrupción policial, pasando por el mundo de la droga, la prostitución o el blanqueo de dinero.
Una lectura para todo tipo de lectores y que a nadie dejará indiferente, pues en todas las novelas de la serie Lorenzo Silva sabe llevar el ritmo de la narración y dar rienda suelta a sus personajes, sin permitir que estos se escapen, creando una complicidad entre ellos y el lector que pocas parejas de la literatura española actual logran.

LAS LEYES DE LA FRONTERA. Javier Cercas



Los que vivimos o fuimos niños a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado mantenemos en la memoria los nombres de muchos de los miembros de las bandas juveniles que campaban a sus anchas por muchas ciudades de la geografía española. Personajes que mantuvieron en jaque tanto a Policía Nacional como a Guardia Civil y que el cine, la música y los medios de comunicación se encargaron de crear a su alrededor una aureola casi mítica.
Javier Cercas, continuando con el estilo de "Soldados de Salamina", recrea  una historia de ficción por medio de entrevistas, cuatro en concreto, que se parece mucho a la realidad. Al menos a aquella realidad que construimos en torno a la violencia juvenil.
Escenas, imágenes, lugares impresos en el recuerdo (cómo olvidar aquella "Frontera azul", aquel Liang Shan Po, que ocupaba parte de la tarde de los sábados, si la memoria no me falla) y acontecimientos que el paso del tiempo se ha ocupado de ordenar de una manera especial.
Pero Cercas crea una novela, que a nadie se le olvide esto, que es una novela, en la que los personajes parecen salir del propio libro para introducirse en la memoria, infantil en mi caso, y crear una historia diferente según quien sea el lector.
Serán estos personajes los que, cada uno en su estilo y a su manera, quienes mostrarán la España de aquellos años. De lo local a lo universal en una narración donde cada personaje juega un papel especial y logra hacer los guiños suficientes al lector como para que penetre en la historia casi desde la primera página.

martes, 5 de febrero de 2013

LA ECUACIÓN DE LA VIDA. Yasmina Khadra


Quizá no fue la lectura mejor elegida de mi vida, pues leer este libro en plena África Negra tiene sus riesgos. No tanto por la portada, que tuve cuidado de tapar (no por nada, pero siempre tienes respeto a ciertas imágenes), sino por su contenido.
Y es que Khadra nos muestra en esta ocasión a dos cooperantes secuestrados por piratas cerca de la costa de Somalia y las penalidades que padecerán. Una experiencia dramática narrada de manera cruda y que no deja de impactar gracias a la perfecta narración y puesta en situación, llegando a obligar a cerrar el libro por unas imágenes que, al menos durante la lectura, se hacen tan reales como dolorosas.
Pero quizá lo que mejor logra el autor es mostrar la diferencia existente entre el llamado primer mundo, Alemania en concreto, y el África profunda y llena de conflictos armados. Todo ello gracias a una narración directa, en la que los personajes van evolucionando a medida que transcurre la historia.
Aún así, el autor consigue realizar un verdadero canto a África, una llamada a la esperanza en los momentos y lugares más difíciles, así como el afán de superación de todo el género humano.
Una novela que corta la respiración y de la que apenas te puedes desprender a lo largo de la lectura, pasando las páginas a una velocidad vertiginosa como si de una novela de intriga se tratara. Hay quien puede notar lagunas, incluso licencias literarias, pero aún así la gestión de toda la historia se hace creíble y, sobre todo, permite mostrar una situación que en muchas ocasiones apenas sí somos conscientes salvo por ciertas noticias de vez en cuando.
A pesar de narrar una historia lineal, hay giros dentro de la novela que sorprenden y agudizan, aún más si cabe, la sensación de opresión que se busca en la lectura, sobre todo cuando se narran los momentos más intensos y dramáticos.

LA VIDA PARA PRINCIPIANTES. Slawomir Mrozek



 Muchas son las ocasiones en que echamos de menos el humor en la literatura actual, así que no debe extrañarnos que nuestras manos se dirijan de inmediato hacia aquellos títulos que se presentan como la antesala de una lectura de ese tipo.
Reconozco que desconocía casi todo de Mrozek, aunque luego he podido constatar títulos suyos que gracias a la Editorial Acantilado se han reeditado en los últimos años, pero me llamó la atención su pequeño tamaño y la descripción de la faja que lo presentaba como "un humorista que habla muy en serio".
39 relatos breves, muy breves que nos muestran la realidad desde un punto de vista irónico y satírico, rozando el surrealismo, y que, lo puedo asegurar, nos hará pasar un buen rato. Y es que cada uno de ellos tiene el atractivo suficiente como para leerlo y enseñarlo, no solo por el soberbio manejo que posee del lenguaje y la fabulosa manera de narrar (no hay que olvidar el mérito de los traductores), sino porque toca aspectos cotidianos desde un punto de vista casi surrealista que logra, por una parte, hacernos sonreir, y por otra quitar la carga dramática a situaciones que, sin duda alguna, lo son.
Un verdadero descubrimiento que casi obliga a buscar otros de sus escritos para comprobar si es capaz de escribir de la misma manera textos de mayor amplitud.

Para muestra bien vale leer el relato titulado EL SOCIO:

"Decidí vender mi alma al diablo. El alma es lo más valioso que tiene el hombre, de modo que esperaba hacer un negocio colosal.
El diablo que se presentó a la cita me decepcionó. Las pezuñas de plástico, la cola arrancada y atada con una cuerda, el pellejo descolorido y como roído por las polillas, los cuernos pequeñitos, poco desarrollados. ¿Cuánto podía dar un desgraciado así por mi inapreciable alma?
- ¿Seguro que es usted el diablo?- pregunté.
- Sí, ¿por qué lo duda?
- Me esperaba al Príncipe de las Tinieblas y usted es, no sé, algo así como una chapuza.
- A tal alma, tal diablo -contestó-. Vayamos al negocio."
 

lunes, 4 de febrero de 2013

AYER NO MÁS. Andrés Trapiello


Muchas son las voces que narran “Ayer no más”, la última novela de Andrés Trapiello, porque muchos son los personajes que la componen y dan sus voces, también plurales, a la historia que nos cuenta el autor leonés. La historia profundiza en el terreno pantanoso de la “memoria histórica”, pero también en la relación familiar (padre e hijo) y laboral, en la verdad y la justicia. Y es que Trapiello logra que la justicia no se mire como el pago de una deuda, sino que piensa que para alcanzar la justicia es necesaria la verdad, pese a que esta le pueda producir numerosos conflictos.
Una novela, pese a la temática que oculta, sencilla de leer, que se autentifica por la aparición de múltiples puntos de vista, tantos como voces o personajes la engrandecen. Cada voz tiene un tono y un timbre diferente, y cada página es distinta, de manera que la novela se aleja de igual manera de consignas oficilistas y memoricistas, centrándose en narrar una historia que, aún así, sigue levantando suspicacias.
No estamos ante una novela más de la Guerra Civil. estamos ante la demostración de que Trapiello es uno de los más destacados narradores españoles actuales y que se puede escribir sobre ciertos temas sin caer en un falso posicionamiento. 
Sin duda alguna uno de los libros más destacados del año 2012. Hay quien lo ha catalogado como el mejor, tanto por lo que narra como por la manera de hacerlo.

domingo, 3 de febrero de 2013

NUANE, Olga Latorre



No todos los días tengo la suerte de que llegue a mis manos la publicación de una amiga, menos de un texto que nos acerque tanto a nuestro pasado.  Y no por una menudencia, sino por un libro juvenil, un libro que tras muchos años ve la luz y que demuestra que su autora, Olga Latorre, sigue en una lucha constante por conseguir sus muchos objetivos.
Nuane, que así se titula el libro, nos acerca al mundo de Numancia en el 133 antes de nuestra era. Y por lo tanto permite que todo tipo de lector, ventaja de la literatura juvenil, acceda a sus páginas y viva una aventura desbordante desde la primera a la última página.
Recorrer el camino de quienes pudieron ser nuestros antepasados -al menos sí nuestra historia- de una manera cómoda y profundamente clara, de tal manera que el lector no solo descubre los diferentes acontecimientos sucedidos en la ciudad celtíbera de la mano de la niña de 12 años que da título al libro, sino que puede sentir cómo vivían los habitantes de Numancia.
Y es que Olga no ha dejado pasar detalle que permita reconocer los escenarios y las gentes que la poblaron. Casas, vestidos, ajuares, alimentos, armas y adornos aparecen tan bien reflejados que uno no puede evitar cerrar los ojos y situarse en ese espacio privilegiado donde se produce la historia.
Por si fuera poco la autora ha creado un personaje carismático, Nuane, que desde el inicio se hace acompañar, y querer, por el lector para conocer el asedio a que los romanos sometieron a Numancia.
El dominio del lenguaje, la autenticidad histórica, la perfecta recreación de lo cotidiano y la fuerza narrativa, logra que esta “novela histórica” se convierta en un verdadero regalo para los lectores, en especial para los jóvenes que aprenderán, casi sin darse cuenta, de todo lo sucedido en la ciudad. No es, pues, de extrañar que sea una editorial de ámbito nacional, Edebé, quien haya apostado por la edición del libro.
Gracias Olga por un libro que leerán todos los miembros de la familia y que viene a llenar un hueco en la literatura soriana, en espacial la juvenil, tan huérfana de autores y “héroes” (o “heroínas”).

LOS AÑOS PERDIDOS. Mary Higgins Clark


Hay días en los que a uno le apetece leer una novela que enganche, que entretenga. Una novela de las que se leen de un tirón y te tiene concentrado en la lectura desde la primera a la última página. Y eso, que nadie lo dude, es lo que ofrece Mary Higgins Clark, la llamada "reina del suspense" por buena parte de la prensa americana.

Habrá quien la tache de lectura fácil, aún así suele exigir concentración ya que los numerosos personajes y los cambios de escenarios lo obligan, de puro entretenimiento, pero es algo que se hace necesario en más de una ocasión. Además, la lectura debe ser atractiva y ofrecerte algo para que accedas a ellas con confianza. Y eso lo ofrece Mary Higgins Clark, pues logra crear una atmósfera casi cinematográfica, en la que nada está escrito al azar y donde cada una de las páginas debe ser tenida en cuanta para el desarrollo de la historia. Parte de esa imagen que nos acerca al cine viene dado por la división del libro en muchos capítulos, en esta ocasión 84, que permiten dibujar escenarios y situaciones distintas y lograr que el transcurrir de los acontecimientos sea rápido.
Es cierto que al principio uno puede caer en la confusión a la hora de ubicar a los diferentes personajes (suele ocurrir cuando los nombres propios lo son de otra cultura idiomática), pero la propia autora deja caer, como escondidas, descripciones sencillas y cómodas que permiten que el lector reconozca, casi de inmediato, de quién se está hablando. Aún así no pasa nada por volver atrás y descubrir que sí sabemos quién está en ese momento apareciendo en la historia.
Mary Higgins Clark logra, además, que dichos personajes tengan una vida propia al margen de la que se narra en la novela, construyendo un pasado y un presente que puede no tengan nada que ver con la historia, pero que permite que el lector los identifique y les de la autenticidad necesaria para que la narración sea creíble.
"Los años perdidos" nos ofrece una de las mejores versiones de la escritora estadounidense, donde logra mezclar a la comunidad universitaria de si país con los enigmas religiosos que hace unos años se pusieron muy de moda con escritores de menor trayectoria literaria. Todo ello en aras de lograr que la intriga aumente a medida que avanzan las páginas, manteniendo en tensión a lector en todo momento. Sobre todo por que, como sucede en muchas de las novelas de este tipo, cualquier apunte puede ser importante a la hora de resolver el misterio.
Una lectura cómoda y accesible, que consigue centrar la atención y que el lector busque cualquier momento para continuar la lectura. Una perfecta opción para pasar un buen momento y cerrar el libro satisfecho una vez acabado.