¿Se imaginan un Madrid navegable? ¿Y el malecón del Prado, Puerto Atocha o la isla de Cibeles? Pues todo eso es lo que se puede encontrar en esta novela de Rafael Reig. Al menos eso es lo que a mi me llamó la atención (bueno eso y un buen lector que me dijo estaba encantado con la prosa del autor).
Y es que debo reconocer que parte de la culpa de leer el libro la tuvo la portada, esas aguas que hacen de Madrid una nueva Venecia. Si encima tiene aire de novela negra y olor a fútbol, pues uno queda prendado de inmediato.
Claro que cuando se abre el libro y se comienza a leer descubrimos que no solo se cumplen las expectativas, sino que estas se ven ampliadas por una manera de narrar brillante y original, una novela muy bien escrita que desborda imaginación y ese punto de desconcierto que los lectores siempre agradecemos.
Sí, no lo voy a negar, estamos ante un libro de difícil clasificación, pues tiene, como dije antes, esa atmósfera de novela negra, pero también una buena parte de ciencia ficción y no poco de sátira de una sociedad fácilmente reconocible.
Estamos ante una novela ambiciosa, en la que encontramos varios narradores que en vez de confundir aumentan el placer de su lectura, narradores que van cambiando a medida que la novela avanza y que logra fortalecer la narrativa corrosiva de Rafael Reig.
Pero sin duda lo mejor es que estamos ante una novela sorprendente, ocurrente, en la que las situaciones cambian hasta tal punto que uno llega un momento que no sabe bien lo que está leyendo (lo que no impide disfrutar, ni mucho menos, de la lectura). Y es que lo que se inicia como una novela negra, policíaca, termina siendo una sátira de la España del último medio siglo, una metáfora de situaciones conocidas y reconocibles bajo el manejo de una pluma soberbia, en la que el lector se ve obligado a imaginar las más descabelladas ocurrencias.
No quiero dar pistas, pero que sea una hostia consagrada (con perdón), envasada y obtenida en una máquina expendedora sea la posible causante de una muerte ya indica de qué tipo de lectura estamos hablando.
Un verdadero disfrute para quien pretenda acercarse a algo diferente, pero, eso sí, bien escrito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario