No sabría decir a ciencia cierta si este libro es una lectura para jóvenes que pueden leer lectores de todas las edades, o lectura para adultos que pueden leer los jóvenes. Lo que sí tengo claro es que cada uno lo vivirá de una forma diferente: los más jóvenes por disfrutar de la primera aventura de un personaje tan carismático como es Moriarty, pero desde un punto de vista diferente, donde no es tan... digamos que malvado; y los mayores para pasar un buen rato con una novela inteligente, llena de humor e ironía y en la que hay un punto de mala leche que quizás los más pequeños todavía no sepan apreciar.
Sea como fuere lo que sí está asegurado es un buen rato de lectura, unos momentos brillantes en los que el joven Moriarty ejercerá de narrador y nos señalará su "particular" punto de vista sobre los más diversos temas. Gracias, además, a la perfecta descripción de este logramos imaginarnos con enorme facilidad cada uno de los sucesos, pero sobre todo, cada uno de los personajes que van apareciendo por las poco más de doscientas páginas, personajes que cobran vida gracias a las ilustraciones de Alfonso Rodríguez Barrera.
Sofía Rhei escribe con el arrojo suficiente como para lograr recrear el ambiente victoriano en el que se mueven los personajes sin que parezca que estamos ante una novela de género. Puede, incluso, que la sencillez y rotundidad de su escritura (aquí vuelven a entrarme dudas de a qué público va dirigida la novela), el acierto de escoger las frases exactas, lo que permite que el libro se convierta en una lectura sumamente agradable.
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