Dentro de la colección "rara avis" de la Editorial Alba encontramos uno de los clásicos de la ciencia ficción rusa Aleksandr R. Beliáiev, considerado por muchos como el Jules Verne de su país, tanto por la manera de narrar como por el carácter visionario de sus novelas y relatos.
Su estilo desenfadado, las peculiaridades de sus personajes y la ausencia de rodeos y descripciones redundantes hacen de él un escritor atractivo, sumamente entretenido y divertido. Lo que no significa que estemos ante un narrador menor, ya que profundiza en cada uno de sus textos, desde en la acción que en estos se desarrolla hasta en la creación de sus protagonistas, sin olvidar cada uno de los temas elegidos para elaborar sus novelas.
Dos son los relatos, casi novelas, que componen este libro. El primero da título al libro -fue publicado en 1925- y nos acerca al mundo de los muertos que recobran la vida, o más en concreto a la posibilidad de mantener con vida miembros de quien ha fallecido: corazón, cabeza... Será La cabeza del profesor Dowell la protagonista, o mejor dicho su discípulo Kern, quien mantendrá "con vida" la cabeza de su profesor para sonsacarle los avances científicos que este lograra en vida y aquellos que todavía es capaz de descifrar. Todo ello con un ritmo frenético y lleno de humor que hace que la historia se convierta en un entretenimiento tanto para aquellos que disfrutan con la ciencia ficción como con quienes no se consideran seguidores del género.
Es cierto que llega un punto con ciertos giros macabros, que no gustarán a todos por igual, pero se corrige de manera que solo saben hacerlo los grandes escritores ya que en ningún momento parece que el autor pretenda hacer moralina alguna. Lo más importante en toda la novela es la acción y el ritmo trepidante con que suceden los acontecimientos, sin olvidar las grandes dosis de humor, a veces negro, con que adereza casi todo el texto.
El segundo relato, de más de cien páginas, El día del Juicio Final, publicado en 1929, nos muestra las consecuencias de la ralentización de la velocidad de la luz en el Berlín de los años 20 del siglo pasado. Una trama también acelerada y muy divertida en la que el lector parece no salir de su asombro y con la continua sensación de estar ante una historia casi demencial, o al menos tan enloquecida como para poner en duda la salud mental de quien se percata de estar disfrutando, y mucho, de una novela divertida y colosal. Un verdadero disfrute para el lector que busque nuevas sensaciones.
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