QUÉ LEO HOY:

QUÉ LEO HOY: Sugerencias, debate, crítica, opinión...

jueves, 27 de junio de 2013

EL CAZADOR SORDO. James McClure



Publicada originalmente en 1974 y ahora al español por la editorial Reino de Cordelia, El cazador sordo nos ofrece una nueva pareja de policías -se nos presentaron con El cerdo de vapor (Editorial Júcar), El leopardo de medianoche  (Editorial Funambulista), y en esta misma editorial con La canción del perro- que hará las delicias de lectores del género policíaco, pero que cualquier lector encontrará un libro entretenido y con muy buenas dosis de brillante literatura.
Aunque lo más llamativo de la novela es que sucede en Trekkersburgo, ciudad de Sudáfrica, que nos permite situarnos en el país africano y, lo que es más importante, conocer como era la vida allí en los años setenta del siglo pasado gracias al perfecto retrato que de la sociedad hace el autor. Una década en la que el apartheid aún existe en el país. James McClure no trata de aleccionarnos, ni de hacer una novela reivindicativa, nos muestra los hechos y somos los lectores los que nos posicionamos ante los distintos acontecimientos.
La perfecta construcción de los personajes, en especial el teniente Tromp Kramer y su compañero zulú Mickey Zondi, consigue que en todo momento la historia sea creíble y sumamente sugestiva, mostrándonos cada instante como si de un dibujo se tratara y solo tuviésemos que mirar para comprobar lo que sucede. La forzada separación de los dos protagonistas logrará que el lector se identifique tanto con ellos como con lo que representan.
Y claro, la perfecta trama, elaborada de manera brillante, acelera el ritmo cuando se hace preciso y ralentiza cuando es necesario. Por no hablar de los magníficos diálogos que hacen aún más cinematográfica la novela.
Serán estos diálogos el mejor vehículo para restar dureza a los acontecimientos, a suavizar los momentos de máxima tensión gracias al humor, siempre inteligente, que despliega sobre todo Zondi.
Atractiva, inteligente y llena de intriga, una novela que nos hará desear buscar las otras obras del autor.


miércoles, 26 de junio de 2013

LA SONRISA DE ANGELICA. Andrea Camilleri



Han pasado poco más de dos meses y la Editorial Salamandra vuelve a regalarnos una nueva aventura del comisario Salvo Motalbano. Una aventura que nos  vuelve a trasladar al universo de Vigàta, a esa población en la que algunos podemos movernos con los ojos cerrados gracias a las veces que hemos sido seducidos por la prosa de Andrea Camilleri.
Montalbano va notando los estragos de la edad, sigue igual de cansado y dubitativo que en sus últimas historias, pero cada vez se hace más preguntas sobre la vida, la suya y la de quienes le rodean. Se está volviendo desconfiado, incluso celoso, un poco cascarrabias, pero no deja que su intuición, su disciplina y su sentido del deber quede anulado por sus dudas, al contrario, serán los puntos en los que apoyarse para soportar los desafíos que el crimen sigue creando a su lado.
Y nunca mejor dicho, porque diversos robos en residencias de cierto lujo en Vigàta, vienen acompañados de un desafío hacia su persona. Montalbano no solo tendrá que activar todos sus sentidos, su profesionalidad y experiencia, sino que tendrá que apoyarse en el completo equipo de "su" comisaría para resolver los distintos enigmas que se le plantean.
Lúcido, irónico, ocurrente e inteligente, Camilleri abre la puerta a una nueva historia en la que el lector es protagonista principal, dejando que sea este el que complete parte de la historia. La sencillez y agilidad de su prosa hace que la lectura se desboque y que las páginas pasen con inusitada rapidez.
Montalbano vuelve a hacernos partícipes de una de sus investigaciones (todavía me sigo resistiendo a ver la serie de televisión en la que es protagonista), descubriendo como la ficción se da la mano con la realidad, el humor con acontecimientos de enorme seriedad, la humanidad con el dolor y tragedia.
Una novela perfecta para disfrutar de la lectura, de una historia bien construida y con los elementos precisos de los amantes de la novela policíaca. Sin olvidar, claro está, la construcción de todos los personajes que suelen acompañar a Salvo, algunos de los cuales lograrán que estallemos en carcajadas

martes, 25 de junio de 2013

CRIADAS Y SEÑORAS. Kathryn Stockett



No se exactamente qué me motivó a elegir este libro para iniciar el Club de Lectura que coordino. Posiblemente la idea de que iban a ser casi todas mujeres las  que participarían en él. Así que empecé una lectura que solo me motivaba por el debate posterior a su lectura entre aquellas personas que formarían parte en dicho Club.
El caso es que una lectura que apenas me llamaba la atención, se convirtió en un verdadero disfrute, en una historia llena de fuerza que me cautivó (luego pude comprobar que al resto de los participantes también) y que me hizo recomendar, casi con pasión, su lectura a muchas más personas.
La primera impresión no era nada buena, pues no me gustaba la portada, creo que elegiría otras muchas antes que esta, aunque la imagen de la versión cinematográfica aún me gusta  menos. Pero ya desde la primeras páginas descubres que hay algo que te va atrayendo, algo que te dice que no es una novela más. No sé si es la manera de narrar en el primer capítulo, considero un acierto que sea Aibileen quien ponga la primera voz.
Claro que lo primero que habría que explicar es que estamos en el sur de Estados Unidos en la década de los ochenta del siglo pasado, donde la segregación racial sigue siendo un hecho cotidiano y los ciudadanos negros no pueden compartir espacios ocupados por los "señoritos" blancos. Y he aquí como una joven "blanca" decide lanzarse a la aventura de dar voz a la otra raza, a las sirvientas de las "señoras", para escribir un libro.
Serán tres las voces que narren los acontecimientos, a las mencionada Aibileen y Miss Skeeter, se suma Minny, una criada azotada por la vida y acontecimientos negativos. Tres voces que muestran tres diferentes puntos de vista, tres visiones corales que engrandecen la novela y la hacen mucho más atractiva.
Una historia dura, dramática, pero que por desgracia se ajusta a una realidad que sucedió en el país más "adelantado" del mundo. Una novela a la que no le falta las dosis de humor para suavizar el drama que guardan sus páginas. 
Una novela ágil, directa, que no pretende nada más que narrar los acontecimientos en los que se ve envuelta la alta sociedad de Jackson y, por añadidura, del personal del servicio, las criadas. 
A pesar de su apariencia, de su portada, cualquier tipo de lector o de lectora encontrará en el libro una buena y satisfactoria lectura.

lunes, 24 de junio de 2013

JAVIER TOMEO



Recibo la noticia del fallecimiento de Javier Tomeo justo cuando tenía entre mis manos sus Cuentos completos publicados por Páginas de Espuma. Sabía de su enfermedad, incluso de su ingreso hace unas semanas, pero a nadie le gusta que uno de sus autores más entrañable desaparezca.
Y es que Tomeo tenía ese algo distinto que le hacía ser un narrador especial -no sé si por su singular forma de narrar, o por todos los seres que nacieron de su pluma-, un narrador que lograba, libro a libro, lectores fieles que esperaban con impaciencia cada nueva obra suya.
Ajeno a modas comerciales y con una prolífica trayectoria creció como escritor de novelas baratas bajo el seudónimo de Frantz Keller, pero fue con Amado monstruo, en 1985, cuando se mostró como el escritor que es. Atrás quedaban El cazador (1967), El unicornio (1971) y El castillo de la carta cifrada (1979), pero empezaba a gestarse ese escritor especial, inclasificable, con una imaginación desbordante que nos acercó a un universo de seres deformes y monstruosos del que ya no podíamos separarnos.
Luego llegaron El cazador de leones (1987), Bestiario (1988), Preparativos de viaje (1991), La agonía de Proserpina (1993), La mirada de la muñeca hinchable (2003), Los nuevos inquisidores 2004), El cantante de Boleros (2005) y un buen número de títulos más a los que hay que sumar numerosas obras de teatro que siguen poniéndose en escena en buena parte de Europa.
Hay quien le consideraba un escritor de culto, restringido a lectores concretos, pero más como un elogio que como una crítica, ya que su prosa sencilla y directa, lograba traspasar incluso las armaduras de quienes se veían predispuestos a no sentirse a gusto rodeado de los seres que el escritor aragonés mostraba en sus novelas. Sus imágenes kafkianas y surrealistas invitaban al disfrute de la lectura y atrapaban al lector gracias al perfecto dominio del humor y de los mundos llenos de excesos.
Pero quizá me quedo con una de las frases que parecían acompañarle siempre: "Dios puso a los animales en el mundo para humanizar a los hombres". Y es que con Tomeo las bestias tenían voz propia y eran quienes mejor señalaban los defectos del ser humano. 

sábado, 22 de junio de 2013

LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT. Joël Dicker




Cuando el libro llegó a mis manos venía acompañado de una carta -de las que no suelo leer, todo sea dicho, hasta que finalizo la lectura del texto- que contaba las excelencias de la novela, así como su trayectoria hasta la fecha. Y si algo destacaba en ella era que "Joël Dicker ha renovado las esperanzas en la literatura en francés".
Pero el caso es que ya había devorado, sí devorado, la novela en poco más de dos noches. Sus 662 páginas me habían sumido en una lectura emocionante, llena de suspense y de la que no me podía desprender a lo largo del día.
Dicker ha creado una novela al más puro estilo clásico, con una perfecta ambientación y unos personajes que se van engrandeciendo a medida que pasan las páginas. Una novela de intriga que se crea a sí misma gracias a las incógnitas que se van sumando sin descanso y que precisan de toda la atención.
Y es que estamos ante una historia envolvente, en la que vas penetrando poco a poco, descubriendo retazos a medida que  lees, a medida que los numerosos protagonistas te van permitiendo el paso mientras te despejan un poco el camino. Un camino que no es lineal, ni mucho menos, crea continuos recovecos que hacen, aún más si cabe, más interesante la novela.
Una novela que no deja indiferente a ningún tipo de lector. Lo suficientemente compleja para que los más avezados se vean inmersos en una intensidad narrativa poco común, una complejidad que permite que se saboreen todos los acontecimientos, todos los cambios que se van produciendo, esos giros que hacen que el lector especule como un participante más. Y lo suficientemente emocionante para que otros lectores queden prendados de los acontecimientos y la trama que estos generan. Todos sucumbirán a la invitación que hace el narrador, o mejor dicho, los narradores, de formar parte del vecindario de Aurora (New Hampshire).
Tres son los tiempos en que sucede la narración: 1975, 1998 y 2008. Tiempos que van abriéndose con parsimonia, haciendo que el lector se inunde del suspense y de la sensación de estar escuchando esa música que va subiendo de tono y antecede a un momento de fuerte tensión. Y es que La verdad sobre el caso Harry Quebert tiene mucho de cinematográfica, desde la presentación de cada uno de los 31 capítulos, con sus correspondientes consejos, hasta la abundancia de personajes que, antes que agobiar al lector, ayudan a este de entender y disfrutar de una trama inteligente y perfectamente desarrollada.
No debe extrañar que haya quien diga que esta novela, original en lengua francesa, sea la mejor expresión actual de la novela americana.

miércoles, 19 de junio de 2013

CENTAUROS DEL DESIERTO. Alan Le May



Sí, a mi también me vino a la cabeza la película de John Ford y las imágenes de John Wayne y Natalie Wood. Debo reconocer que la película se encuentra dentro de ese reducido número de las que considero verdaderas joyas del cine, pero aún así tenía ganas de que fuese el factor narrativo y no el visual el que me hiciese revivir la historia.
Una novela perfectamente ambientada y en la que aparece reflejado todo el lejano Oeste: colonos, comanches, la caballería, comancheros, caballos, desiertos, armas... Y en la que la épica de los protagonistas, la búsqueda como obsesión, penetra en el lector al que hace participar desde que la familia Edwards es masacrada.
Será ese binomio antagónico entre esperanza y desesperanza el que genera una narración llena de fuerza, con unos personajes situados al filo de la navaja y de los que se puede extraer todo un estudio psicológico. Amos Edward y Martin Pauley muestran el camino, o los caminos, al lector para que este no pierda el más mínimo detalle, para que se introduzca en la aventura de encontrar a la pequeña Debbie.
Alan Le May construye una  novela de aventuras  con un estilo directo, sin más artificio que el necesario, que hará las delicias de quienes han crecido viendo el cine del Oeste, pero también a aquellos aficionados a las "novelitas" de Mallorquí y Lafuente Estefanía, por no hablar de quienes eran auténticos seguidores de Zane Grey.
Una novela de raza, que apasiona en todos los sentidos y que nos recupera ese género que durante muchos años ha estado señalado como menor. Por cierto, no perderse la presentación que Alfredo Lara López aporta al inicio del libro, en su mano está leérsela antes o después de la novela.

martes, 18 de junio de 2013

KAROO. Steve Tesich



Hay libros que, sin saber porqué, se convierten de inmediato, una vez que acabas de leerlos, en una parte de ti. Hay otros que son un verdadero descubrimiento, libros de los que no sabías nada y, también sin saber porqué, se convierten en una lectura que te marca y se convierten, con el paso del tiempo, en esas novelas a las que el recuerdo te brinda una mueca de placer.
Karoo posee las dos cualidades, aunque acabo de terminarla y aún no puedo afirmar que haya pasado el tiempo recomendable para que la memoria lo catalogue como un recuerdo placentero. Pero lo cierto es que he disfrutado de su lectura, de su sana complejidad a ratos y de su ritmo endiablado, incluso en esos momentos en los que da la sensación de que apenas pasa nada.
Sí, claro que estamos ante una novela llena de humor, desternillante y salvaje, irónica y malévola en muchas ocasiones, una novela en la que Saúl Karoo, su protagonista, se convierte en ese ser detestable del que no te puedes separar ni un segundo, no digo que le coges cariño, pero llega un momento en que todo lo que hace te parece normal.
Considerada como una obra maestra dentro de la literatura americana (como siempre no me leí nada sobre ella hasta terminarla para evitar predisponerme), han tenido que pasar quince años para que llegara a nuestro país, para que descubriéramos una novela de las que llaman la atención, de la que pasas del asombro a la carcajada en apenas una línea y de las que te hacen dudar de tu capacidad de reacción.
Con Karoo me pasa como con Ignatius Reilly, el protagonista de La conjura de los necios de Kennedy Toole, que, salvando las distancias, que son muchas, me repele por su forma de ser y los actos que ella empuja, pero no puedo evitar sentir hacia él cierto aprecio.
Una novela divertida, salvaje, irreverente en muchas ocasiones, que no deja indiferente a nadie, que cautiva por la forma casi cinematográfica de narrar que tiene su autor, pero que muestra, también con dureza, el significado de la soledad y la manera que tiene el ser humano de intentar llenarla.


domingo, 16 de junio de 2013

SOLO UNA MUERTE EN LISBOA. Robert Wilson



Tres años son muchos para un libro sin leer. Tres años del último viaje a Lisboa y del olvido de uno de los libros que iban a acompañarme. Así que se fue quedando relegado a la espera de una mejor ocasión.
Y esta ocasión ha llegado ahora, con esos primeros calores nocturnos que piden una buena lectura para suavizar las temperaturas.
Lo primero que hay que decir de Solo una muerte en Lisboa (ahora el título hay que escribirlo sin la tilde que muestra la portada) es que no es una novela de intriga al uso -pertenece a la colección de Serie Negra de la editorial RBA- pues carece del ritmo frenético que atrapa al lector desde la primera página y exige un poquito de esfuerzo al principio.
Un esfuerzo que se verá recompensado inmediatamente por la manera que Wilson tiene de narrar, de contarnos una historia dual que nos va seduciendo lentamente. Serán esas dos historias diferentes, situadas ambas en Lisboa pero en épocas diferentes, las que nos irán atrapando de diferente manera (seguro que hay quien prefiere la Lisboa de 1941 y quien la de 1990).
No solo las dos cuentan historias y protagonistas diferentes, pues mientras la primera nos sitúa en la Lisboa de la Segunda Guerra Mundial, una ciudad de refugiados, por medio de Klaus Felsen, un oficial de la SS que pretende acercarse al contrabando de Wolframio para su causa; la segunda nos presenta al inspector Zé Coelho y una investigación de asesinato.
Aunque quizá, aparte de los personajes y las épocas, lo que más diferencia ambas historias sea el hecho de que la primera será narrada por una tercera persona, mientras que en la segunda será el propio inspector el que ejerza de narrador.
Con capítulos extensos que permiten centrarte en el momento en que sucede esa parte de la historia, Wilson logra una perfecta recreación de ambientes, lugares y gentes, haciendo un  perfecto recorrido histórico por el país. Todo es tan real que por momentos el lector es consciente de que está leyendo dos historias diferentes, al contrario que la mayor parte de las novelas de intriga en las que casi de inmediato ambas historias confluyen.
Una novela realmente bien creada y trabajada, donde ningún cabo está suelto y a cada descubrimiento se suma un  nuevo interrogante que hace que le lectura se haga más intensa y envolvente. Para leer con paciencia, pero sin descanso, una novela fresca y atractiva que deja en el lector un sabor de boca a buena literatura policíaca.               

viernes, 14 de junio de 2013

LA CABEZA DEL PROFESOR DOWELL. Aleksandr R. Beliáiev



Dentro de la colección "rara avis" de la Editorial Alba encontramos uno de los clásicos de la ciencia ficción rusa Aleksandr R. Beliáiev, considerado por muchos como el Jules Verne de su país, tanto por la manera de narrar como por el carácter visionario de sus novelas y relatos.
Su estilo desenfadado, las peculiaridades de sus personajes y la ausencia de rodeos y descripciones redundantes hacen de él un escritor atractivo, sumamente entretenido y divertido. Lo que no significa que estemos ante un narrador menor, ya que profundiza en cada uno de sus textos, desde en la acción que en estos se desarrolla hasta en la creación de sus protagonistas, sin olvidar cada uno de los temas elegidos para elaborar sus novelas.
Dos son los relatos, casi novelas, que componen este libro. El primero da título al libro -fue publicado en 1925- y nos acerca al mundo de los muertos que recobran la vida, o más en concreto a la posibilidad de mantener con vida miembros de quien ha fallecido: corazón, cabeza... Será La cabeza del profesor Dowell la protagonista, o mejor dicho su discípulo Kern, quien mantendrá "con vida" la cabeza de su profesor para sonsacarle los avances científicos que este lograra en vida y aquellos que todavía es capaz de descifrar. Todo ello con un ritmo frenético y lleno de humor que hace que la historia se convierta en un entretenimiento tanto para aquellos que disfrutan con la ciencia ficción como con quienes no se consideran seguidores del género.
Es cierto que llega un punto con ciertos giros macabros, que no gustarán a todos por igual, pero se corrige de manera que solo saben hacerlo los grandes escritores ya que en ningún momento parece que el autor pretenda hacer moralina alguna. Lo más importante en toda la  novela es la acción y el ritmo trepidante con que suceden los acontecimientos, sin olvidar las grandes dosis de humor, a veces negro, con que adereza casi todo el texto.
El segundo relato, de más de cien páginas, El día del Juicio Final, publicado en 1929, nos muestra las consecuencias de la ralentización de la velocidad de la luz en el Berlín de los años 20 del siglo pasado. Una trama también acelerada y muy divertida en la que el lector parece no salir de su asombro y con la continua sensación de estar ante una historia casi demencial, o al menos tan enloquecida como para poner en duda la salud mental de quien se percata de estar disfrutando, y mucho, de una novela divertida y colosal. Un verdadero disfrute para el lector que busque nuevas sensaciones.

miércoles, 12 de junio de 2013

EL DÍA DE MAÑANA. Ignacio Martínez de Pisón



No voy a descubrir ahora lo buen narrador que es Ignacio Martínez de Pisón, pues lo ha dejado demostrado a lo largo de su dilatada trayectoria literaria. Enterrar a los muertos, Dientes de leche, Carreteras secundarias y El tiempo de las mujeres dan fe de que estamos ante uno de los más destacados narradores de nuestro país en la actualidad.
El día de mañana transita en la posguerra española alrededor de la figura de Justo Gil, un emigrante que llega a Barcelona con ganas de comerse el mundo. Gracias a él y quienes comparten su vida con él descubrimos la historia y avatares de la Ciudad Condal, de sus calles, sus rincones y quienes los pueblan.
Una novela en la que en autor aragonés demuestra sus dotes narrativas, consiguiendo que desde el principio nos hagamos a la idea de que no estamos ante otra novela más de la posguerra española. Martínez de Pisón logra algo más, involucrarnos a nosotros y a los doce personajes que cumplen la función de narradores.
Doce narradores que son los encargados de dibujarnos, con perfectas pinceladas, la figura de Justo Gil, de su forma de ser y enfrentarse al mundo. Así que poco a poco, página a página, vamos conociendo quién es Justo, cambiando la visión que de él tenemos según quién nos lo cuente. Y claro, esos personajes se van entrecruzando, de manera que vamos completando una imagen más grande en la que todos van apareciendo.
Una narración ágil y mucho más fresca de lo que puede suponer el momento que describe, que no necesita  el uso de artificios para contarnos la historia. Una novela que deja un poso en el lector, una sensación de estar ante una de las grandes novelas de la actualidad y que gracias a la profundidad psicológica con que dota a cada uno de los personajes, forma, de inmediato, parte de la memoria colectiva.
No debe extrañar la cantidad de premios que la novela atesora: Premio Nacional de la Crítica, Premio Ciudad de Barcelona, Premio Espartaco de Novela Histórica y Premio de las Letras Aragonesas, además de un enorme reconocimiento entre los lectores.  

martes, 11 de junio de 2013

EL CASO DEL MAYORDOMO ASESINADO. Marco Malvaldi



Marco Malvaldi sigue demostrando, ya lo hizo con La brisca de cinco, que no hace falta un texto de grandes dimensiones para construir una libro atractivo, interesante y con una trama inteligente. Ahora, con poco más de doscientas páginas no solo nos sitúa perfectamente en la Italia de finales del siglo XIX, sino que lo hace con las formas adecuadas y el acertado uso del lenguaje para que la localización sea perfecta.
Irónica y sutil, la novela nos acoge de la mejor manera, describiendo el castillo, sus ocupantes e invitados, un recorrido fantástico en el que es inevitable crear en la mente los diferentes personajes, así como esbozar una sonrisa por el detalle de cada una de las descripciones.
Esa seducción en la que cae el lector continúa "in crescendo" a medida que pasan las páginas y las cosas, por decirlo de alguna manera, se van complicando: el mayordomo Teodoro aparece muerto. Es entonces cuando Pellegrino Artusi, cocinero-escritor creador del libro La ciencia en la cocina y el arte de comer bien que dará inicio a la tradición culinaria italiana, hace gala de su buen olfato, en todos los sentidos, para ayudar a la policía a resolver los misterios que se van sumando.
Es cierto que la historia es sencilla, y que el desarrollo no esconde misterios indescifrables, pero la manera que tiene el autor de narrar, de mostrarnos tanto a los personajes, sus acciones y las consecuencias de estas, permite disfrutar de un libro en el que todo resulta sumamente agradable. Incluso los defectos remarcados de algunos de los personajes no los hace odiosos o rechazables a los ojos del lector, simplemente sirven para que la lectura sea más divertida. 
Hay momentos inolvidables, en los que el juego del lenguaje decimonónico usado por Malvaldi tiene mucho que ver, momentos desbordantes que merece la pena volver a leer solo por disfrutar de cada una de las palabras, de las situaciones y del desarrollo de una acción que no necesita ser trepidante para lograr escenas fabulosas. 
Un libro de sensaciones, de imágenes radiantes, de olores, de juegos literarios que van más allá de la propia historia y de los actos de sus protagonistas. Y que cuenta con unos diálogos tan elocuentes que solo el intento de su reproducción o lectura en alto logra múltiples sonrisas.

OKSA POLLOCK Y EL DESCUBRIMIENTO DE EDEFIA. Anne Plichota y Cendrine Wolf



Es posible que mucha gente opine que Oksa Pollock es una novela juvenil que tiene cierto parecido con otras del género fantástico, y que tiene poco que aportar, incluso se pueden buscar similitudes con el archifamoso Harry Potter (en vez de chico es chica, también  joven, 13 años, y con unos poderes mágicos que desconoce).
Pero no, no es la versión femenina del joven mago. Primero porque la manera de narrar es diferente, segundo porque sucede en Londres y tercero porque nos presenta un universo diferente, el Reino de Edefia.
Oksa Pollock tiene todo lo necesario para entretener: acción, fantasía, intriga y misterio. Incluso habría que decir en su favor, al menos en esta primera entrega, que hay muy pocos momentos oscuros, grises y tediosos en los que parece que la melancolía debe impregnar las páginas, tal y como sucede en muchos libros fácilmente reconocibles.
La protagonista es una chica normal, que hace cosas normales y parece vivir en un ambiente normal. Por supuesto que luego las cosas se van complicando y el lector se ve trasladado a una historia que absorbe de tal manera que hay pocos, muy pocos momentos de descanso. Así que no es de extrañar que se produzca esa rara sensación de sentirse atrapado en la historia y querer seguir leyendo para comprobar en qué acaba el libro.
Una historia bien contada, con ese punto necesario de intriga que hace que los datos se vayan ofreciendo en dosis pequeñas, para que tanto Oksa como los lectores vayan adquiriendo conocimientos sobre ese mundo extraño que va cambiándoles la vida (también a los lectores porque de inmediato se sienten identificados tanto con la protagonista como con su familia y Gus, su amigo).
Por supuesto que hay buenos y malos, y sorpresas que logran que la acción no decaiga, incluso momentos de zozobra que hacen que la tensión se palpe en las propias páginas del libro. Y es que Oksa Pollock tiene todo para convertirse en una nueva saga que hará las delicias de todo tipo de lectores (a los adultos les animo a participar en su lectura, pues es cómoda y satisfactoria, nunca hay que olvidar que es una novela de aventuras, con buena dosis de fantasía, sí, pero novela de aventuras).
Por cierto acaba de salir a la calle en España la tercera parte de la saga: Oksa Pollock y el corazón de los dos mundos, que completa la hasta ahora trilogía cuya segunda parte era Oksa Pollock y el bosque de los perdidos.

domingo, 9 de junio de 2013

LOS MILLONES. Santiago Lorenzo



Con motivo de la aparición de Los huerfanitos alguien me habló, no recuerdo quién, de Santiago Lorenzo y Los millones. Fueron tales sus palabras, lo elogios hacia la obra y el novelista, que busqué sin éxito una novela que me encuentro ahora, varios meses después, editada por Blackie Books en una bella edición en la que destaca incluso la banda publicitaria que, en la mayor parte de las ocasiones, me crea grandes dolores de cabeza. Si tienen curiosidad acérquense al libro y desplieguen la susodicha banda, es un regalo para los amantes de la nostalgia.
Por supuesto que el tema es ya de por si llamativo: "A uno del GRAPO le toca la primitiva. No puede cobrar porque no tiene DNI", sobre todo porque la historia se desarrolla en el Madrid de los años ochenta, 1986 más en concreto. Década importante e impactante en la España democrática y de la que Santiago Lorenzo coge solo lo imprescindible, no cayendo en aquellos guiños "ochetenteros" que la "movida" madrileña se ha encargado de conservar hasta la actualidad.
A pesar del tono desenfadado, sobre todo al inicio de la novela, y la ironía que despiden cada una de su descripciones Los millones no es una novela de broma, una novela netamente humorística y desenfadada. Estamos ante una narración al más puro estilo clásico, que mantiene el lenguaje y los espacios anacrónicos necesarios para situarnos en todo momento en el Madrid de la época. Y lo que parece que va a ser una novela llena de guiños a los tópicos y clichés de una década lineal, se convierte en una aventura literaria que aborda como pocas la soledad y la supervivencia.
Sí, claro que existen esos tópicos, puede que incluso el autor abuse de los nombres comerciales que acompañaron aquella etapa, pero sirven para dibujar el aspecto de aquel Madrid y en especial de sus bares, aquellos bares sin los que muchos no entenderíamos nuestra juventud y buena parte de la etapa adulta.
Una novela que se lee de un tirón, con unos personajes (Francisco y Primitiva) memorables, perfectamente elaborados y de los que, a veces con pocas pinceladas, sabemos casi todo. Y una trama inteligente, con giros sencillos pero sorprendentes, que implica al lector y le hace vivir una historia compacta y emocionante.

jueves, 6 de junio de 2013

TOM SHARPE



Me dispongo a tomar un café y mi móvil suena con insistencia, un amigo me ha
dejado un mensaje: "ha muerto Wilt". No me hace falta saber nada más, Tom Sharpe, a sus 85 años ha fallecido en Llafranc (Girona) y deja huérfanas muchas de las conversaciones en las que sus personajes eran protagonistas. Conversaciones que recuperaban esos episodios delirantes a los que sometía a sus personajes. Y es que, como él no se cansaba de repetir, "me puse a escribir en tono de farsa a ver qué salía".
Y en 1971 aparece Reunión tumultuosa una novela irresistible en la que el humor casi brutal empieza a señalar el camino de uno de los escritores de lengua inglesa que mejor ha sabido mantener viva la ironía y momentos desternillantes que hacen aflorar las lágrimas solo de pensar en ellos.
Admirador de Wodehouse y Waugh logrará en 1976 tal éxito con Wilt que se convertirá en uno de los autores británicos más aclamados por los lectores (ya habían aparecido Exhibición impúdica, Zafarrancho en Cambridge y El temible Blott) y cada una de sus obras era esperada con verdadera impaciencia. Las tribulaciones de Wilt (1979), ¡Ánimo Wilt (1984), Wilt no se aclara (2004) y La herencia de Wilt (2010) siguieron demostrando que la figura de Henry Wilt había calado hondo en los lectores de todo el mundo.
La gran pesquisa (1977), El bastardo recalcitrante (1978), Vicios ancestrales (1980), Una dama en apuros (1982), Becas flacas (1995), Lo peor de cada casa (1996) y Los Gropes (2009) completan, junto con dos libros de relatos que creo no se han publicado aún en nuestro país, una trayectoria literaria tardía, publicó su primera novela a los 43 años, de gran talento, que no deja indiferente a nadie.
Brillante, ácido, irónico e inteligente Tom Sharpe es uno de los grandes del conocido "humor británico"  y cualquiera de sus obras demuestran la calidad de su escritura, el acierto de sus descripciones y el perfecto dominio de un ritmo narrativo que ha logrado que sus novelas sigan siendo leídas y admiradas.

miércoles, 5 de junio de 2013

EL ÚLTIMO PASAJERO. Manel Loureiro



Hay libros que no sabes porqué te enganchan de tal manera que no los dejas hasta que finalizas su lectura, libros que consiguen que el tiempo corra demasiado deprisa y estés deseando dejar todo para continuar con ellos. 
Es lo que ocurre con El último pasajero, un libro en el que el misterio y la intriga parecen abarcar todo, y en el que desde el principio pones toda tu atención. 
Quizá no es el libro más llamativo, en mi mesa lo iban tapando nuevos libros hasta que una noche de insomnio me decidí por él (sin duda alguna el leerlo por la noche, en silencio y con poca luz es un aliciente añadido). Incluso el tema no parece resultar novedoso, pero una vez que comienzas no puedes evitar seguir leyendo.
De lectura cómoda y ágil las perfectas descripciones del autor consiguen que todo sea fácilmente imaginable -se agradece que no tenga necesidad de demostrar nada y se refugie en descripciones largas y tediosas-, hasta tal punto que a las pocas páginas reconozcas el "Valkiere", el barco que protagoniza la historia, y los personajes principales.
Hay mucho de tensión, de suspense, de esa sensación extraña de que hay alguien leyendo a tu lado, como si los sentimientos de la protagonista te envolviesen de tal manera que tú fueses un pasajero más del propio barco.
Sí, seguro que hay mucha gente que perderá el interés al saber que el misterio que envuelve la novela tiene mucho de enigma y de "fuerzas sobrenaturales", y puede que no les falte razón, pero puedo asegurar que mientras lees te metes en la historia y eres tan partícipe como el que más. 

martes, 4 de junio de 2013

EL LIBRO DE LOS VICIOS. Adam Soboczynski



Si gracias a El arte de no decir la verdad Soboczynski me enseñó que el fingimiento es uno de los pilares en que se sustenta la sociedad actual, en esta ocasión, y repitiendo el esquema de las pequeñas historias o relatos, nos lleva de la mano en un alegato en contra de la perfección, de lo socialmente correcto.
Irreverente, ingenioso y directo, el autor polaco nos adentra en un mundo, que es el nuestro, en el que todo se ha suavizado, aterciopelado y ordenado de tal manera que hemos perdido el espíritu rebelde y pasional.
A través de 29 "episodios" descubrimos en qué han convertido nuestra sociedad, aunque mejor habría que decir qué hemos perdido para obtener esta nueva sociedad. Reivindica "lo inútil, lo superfluo, lo ineficiente" en aras de la esencia del ser humano.
Y todo eso lo hace de manera correosa y directa, abarcando todos los aspectos cotidianos que nos rodean: la bebida, el tabaco, el ejercicio, el amor, el arte, el sexo y todo aquello con que nos cruzamos a diario y que "ha cambiado" notablemente en los últimos años. 
Una lectura de un tirón, enganchas cada texto con la velocidad de quien quiere descubrir el siguiente tema, mientras asientes y sonríes al descubrir que todo se ajusta a una realidad difícilmente explicable con otras palabras, siempre acertadas, que son las que usa el autor.
Fresco y agudo Soboczynski desnuda con acierto los cambios producidos en nuestro alrededor, no fumamos, no bebemos, hacemos ejercicio y usamos palabras inglesas para explicar todo. Lo mejor es que cada uno de los relatos que componen el libro enfocan un tema distinto, pero con la misma brillantez y acierto.

lunes, 3 de junio de 2013

CUENTOS DE MEDIANOCHE. Bram Stoker



Hablaba ayer de un clásico, de uno de esos autores que acompaña desde la adolescencia y continúa a nuestro lado a lo largo de nuestra vida. Con Bram Stoker sucede otro tanto, pues a pesar de que la lectura de Drácula fuese más tardía que el personaje de Mark Twain su sombra, o su "no reflejo", sigue acompañándome todavía.
Así que cuando cogí estos cuentos de Stoker -curiosamente junto a este  de la Editorial Valdemar acaba de aparecer Cuentos inéditos de Ediciones del Viento- no pude evitar sentir un escalofrío como si una ráfaga de aire recorriese la habitación nocturna. Y es que esperaba encontrar, más si al nombre del autor unimos el título del libro, relatos espeluznantes, llenos de terror y sangre.
Sí, hay una vampira, un lobo y una momia, pero hay mucho más, porque este volumen destaca por una variedad temática increíble, ya que junto a esos personajes asoma gente corriente que nos cuentan sus historias que nada tienen que ver con el terror que parece haber envuelto siempre la figura de Bran Stoker.
Gracias a estos catorce relatos, o cuentos, he descubierto a un escritor que logra variar de estilo y de tono narrativo en cada uno de ellos. Un escritor que se acerca a aquellos contadores de historias que, alrededor de una lumbre, envolvía a grandes y pequeños con sus palabras, con esas historias llenas de imaginación que mantenían a la audiencia atenta incluso cuando estas acababan.
Catorce cuentos llenos de misterio y humor que se convierte en un "compendio de rarezas y curiosidades más completo publicado hasta la fecha en nuestro país" tal y como indica en el prólogo Óscar Palmer. Y es que no solo estamos hablando de cuentos que sirven para divertirse y entretener, sino que descubrimos una manera de narrar cada vez mas escasa por su sencillez e ingenio, pero que nunca abandona la corrección y el perfecto y elegante uso del lenguaje de finales del siglo XIX y principios del XX.

domingo, 2 de junio de 2013

LAS AVENTURAS DE HUCKLEBERRY FINN. Mark Twain



Recuerdo que, como lector casi adolescente, Las aventuras de Tom Sawyer me dejaron profundamente marcado. Descubrí un universo distinto al que el cine del Oeste americano me había dibujado y en el que junto a Tom aparecía su amigo "Huck" Finn. Así que no es extraño que sucumbiese, casi de inmediato, a unas nuevas aventuras alrededor de un río que para mí, a orillas del Duero, se convertía también en algo mítico. Hasta tal punto que, con otros amigos, imitamos al protagonista de Mark Twain y no dudamos en construir nuestra propia balsa como medio más fácil para buscar aventuras.
Ya lector adulto, recuerdo con nostalgia esas lecturas infantiles y juveniles y no dudo en volver a leer aquellos libros que dejaron una huella que aún no se ha borrado. Mismos libros y otras lecturas, no tanto por el paso del tiempo como por la nueva traducción de estos y la desaparición de aquel lenguaje infantil que trataba de acercarnos los "clásicos de aventuras" de la literatura universal.
Y que me perdonen Melville, Faulkner, Whitman, Steinbeck, Salinger, o incluso Allan Poe, pero para mí es Mark Twain el mejor escritor americano de todos los tiempos. Y Las aventuras de Huckleberry Finn el más destacado de todos sus libros y una obra maestra de la la literatura universal. 
Un libro de aventuras, entretenido, divertido y que deberíamos leer en más de una ocasión, capaz de trasladarnos a las aguas del Mississippi para presentarnos un mundo de amistad, libertad y supervivencia.
Mark Twain ha logrado que los lectores de muchas edades volvamos a vernos copilotando la balsa de Huckleberry Finn y Jim, que vivamos con intensidad su viaje y la búsqueda de libertad que lleva emparejado. Y todo gracias a ese perfecto manejo del lenguaje, la plena implicación de cada uno de los personajes que atestiguan la historia, el humor que parece despejar incluso los momentos más grises, la prosa ágil, acertada, que logra que nuestros ojos vuelen por la historia mientras nuestra mente recrea cada una de sus imágenes.
Puedo asegurar que más que volver a leer a Twain, he vuelto a disfrutar de una aventura, de un viaje en el que he sentido la brisa, he escuchado los sonidos del río y he cerrado los ojos al notar que el sol de la mañana me daba en la cara.
Por si todo fuera poco, como siempre recomiendo que se lea al final, esta edición de Mondadori de 2006 viene precedida de un fantástico prólogo de Roberto Bolaño.