Leer a Agatha Christie de vez en cuando es uno de esos placeres para los que parece no pasar el tiempo. Sí, son novelas ingenuas, sencillas, con un dinámica semejante y puede que en principio un poco obsoletas, pero lo siento, en esos momentos en que me cuesta concentrarme en la lectura, en los que parece que da lo mismo el libro que se coja que no se avanza: Agatha Christie es el perfecto remedio.
Que sí, que Miss Marple y Hércules Poirot parecen sacados de un viejo baúl y pertenecen a otros tiempos, pero eso deja de verse así en el momento que comienza la primera página. Reconozco que, aunque me saque de mis casillas en más de una ocasión, prefiero a Miss Marple antes que el investigador belga. No sé, lo sigo sintiendo demasiado remilgado y estirado, aunque puede que el cine y la televisión hayan contribuido en exceso, pero aún así no reniego de sus pesquisas y si toca leer un libro en el que es protagonista: ¡pues adelante!
Cualquier persona de mi generación recuerda aquella colección de color blanco de la Editorial Molino que seguro aún están en la mayoría de las casas de nuestros padres, libros que tenían más de una lectura y que nos descubrían en nuestra adolescencia espacios diferentes a los libros propiamente juveniles. Ahora, gracias a Espasa y a Booket podemos disfrutar de las mismas historias en distinto formato.
Y claro, si uno lo primero que tiene que posponer una vez iniciado el Estado de Alarma es el dentista... no debe extrañar, con lo poco que nos gusta ir a verle a su "oficina", que sea La muerte visita al dentista la novela escogida para la ocasión..
Por supuesto que Poirot sigue como siempre: "superior en muchos aspectos a los demás mortales". Excéntrico, insufrible, ampuloso, pesado y egocéntrico (palabras de la propia Agatha Christie), pero también refinado, elegante y sumamente inteligente, que utilizaba sus "pequeñas células grises" para resolver los misterios en los que se ve envuelto. En esta ocasión por algo muy particular, el dentista que horas antes le había atendido aparecía muerto por arma de fuego en su consulta. Todo apunta a un posible suicidio, pero Poirot no solo no está convencido, sino que antes de suceder nada todos los demás pacientes le habían parecido sospechosos.
Si hay algo que me sucede en la casi totalidad de las novelas de Agatha Christie es que siempre creo descubrir el culpable, y siempre acierto por que, salvo el investigador y algún que otro personaje que se repite a lo largo de as aventuras (el mayordomo George y el Inspector Japp son dos buenos ejemplos), todos los personajes me parecen los culpables en potencia. Según van apareciendo los personajes se crea a su alrededor una aureola de sospechoso que únicamente le abandona cuando aparece el siguiente y así casi hasta el final, de manera que todos parecen culpables.
Una lectura ágil, divertida y entretenida, en la que tratamos de prestar atención hasta el más mínimo detalle, aún sabiendo que el final nos sorprenderá pensáramos lo que pensáramos. Y con la particularidad que cuando la vuelva a leer pasados unos años me volverán a asaltar las mismas dudas y zozobras. Así pues, La muerte visita al dentista es un entretenimiento asegurado que no ha perdido un ápice su capacidad envolvente y el logro de crear la tensión necesaria para querer descubrir el final de la investigación.
Si hay algo que me sucede en la casi totalidad de las novelas de Agatha Christie es que siempre creo descubrir el culpable, y siempre acierto por que, salvo el investigador y algún que otro personaje que se repite a lo largo de as aventuras (el mayordomo George y el Inspector Japp son dos buenos ejemplos), todos los personajes me parecen los culpables en potencia. Según van apareciendo los personajes se crea a su alrededor una aureola de sospechoso que únicamente le abandona cuando aparece el siguiente y así casi hasta el final, de manera que todos parecen culpables.
Una lectura ágil, divertida y entretenida, en la que tratamos de prestar atención hasta el más mínimo detalle, aún sabiendo que el final nos sorprenderá pensáramos lo que pensáramos. Y con la particularidad que cuando la vuelva a leer pasados unos años me volverán a asaltar las mismas dudas y zozobras. Así pues, La muerte visita al dentista es un entretenimiento asegurado que no ha perdido un ápice su capacidad envolvente y el logro de crear la tensión necesaria para querer descubrir el final de la investigación.
Muchas gracias por tus amenos y muy estimados comentarios y recomendaciones, amigo César. Salud y mucho ánimo para seguir con esa buena costumbre. Más libros y menos virus !
ResponderEliminarGracias a ti. Y perfecta tu última frase!!!!
ResponderEliminarHay autores que no defraudan y nos sacan de ese bloqueo lector en situación de crisis,como es este caso. Me sumo a la frase del comentario anterior más libros y menos virus!
ResponderEliminarGracias Jéssica
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