Me encanta la novela policíaca, aquella protagonizada por fuerzas de la ley. Cualquiera que observe un poco este blog se percatará de ello, aunque debo decir, antes que nada, que aunque encuentro muchas sorpresas y títulos que me llaman poderosamente la atención, es en este género en el que me he vuelto, con el paso de los años, más exigente.
Sí, es cierto que para mí un libro de intriga es fundamental entre varias lecturas y de muchos tengo que hacer un esfuerzo para recordar su trama. Por eso cuando descubro autores nuevos (al menos para mí), cuando cierro el libro y siento que la novela es notable, que el final no desmerece el resto del libro (lo siento, pero hay muy buenos narradores, en todos los estilos, pero más en este, que construyen historias de manera sobresaliente, pero el final apenas sí llega al aprobado), me siento tan eufórico que debo esperar, cuanto menos, unas semanas para comprobar el impacto real de su lectura.
Cuando descubrí a Sandrone Dazieri andaba un tiempo conformándome con los escritores ya clásicos, a pesar de pertenecer a nuestro época: Andrea Camilleri, Petros Markaris, Lorenzo Silva, Donna Leon, y algunos más que suelen salvarme tiempos de desengaño en la lectura; no había forma de encontrar autores que me llamasen de verdad la atención. Sí, claro que a lo largo de los años uno ha ido descubriendo escritores con un valor muy por encima de la media, autores que me han marcado como lector y como librero, y a poco que lo intente, siempre hablando de novela de intriga y policíaca, seguro que me aparecen varias decenas, pero muchos de ellos no logran engancharme lo suficiente como para que les siga leyendo libro tras libro.
A principios del verano de 2015 apareció en las librerías No está solo, la primera de las entregas de la subcomisaria de la Brigada Móvil de la Policía de Roma, Colomba Caselli. Y descubrí, de inmediato que la forma de narrar de Dazieri era algo especial, algo que se alejaba de la novela negra y se introducía en la novela visual de intriga, como si lo que tuviésemos entre manos estuviese más cerca del cine que de la literatura.
Junto a Dante Torre formaban una pareja impactante, en los que no era ajeno el aspecto psicológico y la importancia del pasado, ese pasado que no conocíamos, pero que a base de ligeras pinceladas íbamos reconstruyendo. Con El Ángel, la segunda entrega, el ritmo se volvía más frenético y era imposible, como sucedía con la anterior parte, apartar un segundo la vista del libro. era dejarlo y, sin apenas unos segundos de respiro, volver a cogerlo para saber qué sucedía a continuación.
Me atrapó de tal manera la historia que, al aparecer El Rey, el final de la trilogía, me entró ese pánico a presuponer que la tercera parte no estuviese a la altura (son demasiadas las veces que esto ha sucedido con otras sagas), que las expectativas hiciesen naufragar la lectura. Así que han tenido que pasar más de cuatro meses para tomar la decisión de leerla.
Y sí, el ritmo vuelve a ser igual de frenético, las imágenes muy visuales y los personajes, principales y secundarios, tan enigmáticos como atractivos. Y, perdonen la comparación, todos vuelven a recordarme a John McClane, el personaje interpretado por Bruce Willis en "La jungla de cristal", pues son capaces de sufrir y soportar decenas de tormentos, heridas y accidentes que, aunque mientras estás leyendo se acomodan a la propia historia, si te paras a pensar resulta , al menos, impactante.
Como suceden con los libros anteriores pasan muchas, muchas cosas, hasta tal punto que en más de una ocasión te ves obligado a parar y recapitular, con el miedo de que algo se te escape, algo que sea fundamental para entender el final de la historia. Pero si algo tiene Dazieri, a parte de lograr un ritmo trepidante y una concatenación de sucesos, es que logra que todo está perfectamente tejido, sin lagunas, logrando que el lector "vea" en todo momento lo que ha sucedido, lo que está sucediendo y lo puede o no suceder.
Eso sí, recomiendo a quien quiera aventurarse en el mundo de Colomba y Dante que empiece por el principio, es posible que los tres libros se puedan leer por separado, pero de saltarse alguna de las partes, se abrirán muchos interrogantes que ni las más completa imaginación logrará contestar.
Una trilogía compleja, que atesora mil vericuetos que, a medida que avanza la lectura se van enredando más y más, pero que el autor sabe desentrañar con la cordura y la precisión necesaria para que no resulte impostada.
A principios del verano de 2015 apareció en las librerías No está solo, la primera de las entregas de la subcomisaria de la Brigada Móvil de la Policía de Roma, Colomba Caselli. Y descubrí, de inmediato que la forma de narrar de Dazieri era algo especial, algo que se alejaba de la novela negra y se introducía en la novela visual de intriga, como si lo que tuviésemos entre manos estuviese más cerca del cine que de la literatura.
Junto a Dante Torre formaban una pareja impactante, en los que no era ajeno el aspecto psicológico y la importancia del pasado, ese pasado que no conocíamos, pero que a base de ligeras pinceladas íbamos reconstruyendo. Con El Ángel, la segunda entrega, el ritmo se volvía más frenético y era imposible, como sucedía con la anterior parte, apartar un segundo la vista del libro. era dejarlo y, sin apenas unos segundos de respiro, volver a cogerlo para saber qué sucedía a continuación.
Me atrapó de tal manera la historia que, al aparecer El Rey, el final de la trilogía, me entró ese pánico a presuponer que la tercera parte no estuviese a la altura (son demasiadas las veces que esto ha sucedido con otras sagas), que las expectativas hiciesen naufragar la lectura. Así que han tenido que pasar más de cuatro meses para tomar la decisión de leerla.
Y sí, el ritmo vuelve a ser igual de frenético, las imágenes muy visuales y los personajes, principales y secundarios, tan enigmáticos como atractivos. Y, perdonen la comparación, todos vuelven a recordarme a John McClane, el personaje interpretado por Bruce Willis en "La jungla de cristal", pues son capaces de sufrir y soportar decenas de tormentos, heridas y accidentes que, aunque mientras estás leyendo se acomodan a la propia historia, si te paras a pensar resulta , al menos, impactante.
Como suceden con los libros anteriores pasan muchas, muchas cosas, hasta tal punto que en más de una ocasión te ves obligado a parar y recapitular, con el miedo de que algo se te escape, algo que sea fundamental para entender el final de la historia. Pero si algo tiene Dazieri, a parte de lograr un ritmo trepidante y una concatenación de sucesos, es que logra que todo está perfectamente tejido, sin lagunas, logrando que el lector "vea" en todo momento lo que ha sucedido, lo que está sucediendo y lo puede o no suceder.
Eso sí, recomiendo a quien quiera aventurarse en el mundo de Colomba y Dante que empiece por el principio, es posible que los tres libros se puedan leer por separado, pero de saltarse alguna de las partes, se abrirán muchos interrogantes que ni las más completa imaginación logrará contestar.
Una trilogía compleja, que atesora mil vericuetos que, a medida que avanza la lectura se van enredando más y más, pero que el autor sabe desentrañar con la cordura y la precisión necesaria para que no resulte impostada.
Este es uno de esos autores que tengo pendientes, desde que vi 'No está solo' tengo ganas de leerlo. Pero aún no se ha dado la ocasión. Un saludo
ResponderEliminarPerfecto, pero recuerda, merece la pena comenzar por el título que mencionas. Hay otros en los que la trama es individual, en este es conveniente seguir el orden. Aunque cada uno tenga una historia distinta.
ResponderEliminar