Es ahora, en este encierro obligado, cuando más nos hace falta ejercer el verbo que nos permite, entre otras muchas cosas, movernos del espacio físico tan reducido en el que nos encontramos. Es ahora cuando podemos tener en nuestras manos la herramienta que nos permite aligerar el agobio y las terribles incógnitas que nos azotan a diario. Es ahora cuando podemos formar parte de una aventura distinta pero apasionante, en la que podemos elegir entre ser meros espectadores o principales protagonistas, de conocer la fascinación por lo exótico o recuperar el hueco que en nuestra memoria dibujó un paisaje, una ciudad o unos compañeros de viaje.
Cuántas veces nos hemos quejado de no ejercer la función de leer por la falta de tiempo, por la acumulación de tareas o, simplemente por esa pereza que de vez en cuando nos sirve para contrarrestar la velocidad con que vivimos. Pues es ahora, cuando tenemos tiempo, cuando las horas pasan con mayor lentitud y nuestra mente se empeña en que pensemos siempre en las mismas cosas, cuando podemos acudir a ese libro que nunca comenzamos, a aquel que dejamos a medias, al regalo que siempre miramos pero nos da reparo acoger después de tanto tiempo.
Sí, es ahora cuando podemos disfrutar y emocionarnos, viajar y recogernos, soñar y enfurecernos, vivir de otra manera los acontecimientos que nos han tocado vivir. Basta acudir a nuestro alrededor para acercarnos a las palabras que han permanecido demasiado tiempo en calma, es hora de incitarles para que sean ellas las que nos dibujen un escenario distinto, un mundo que nos atrape y nos divierta.
Es ahora cuando tenemos la necesidad de disfrutar de la vida, de vivir aquellas historias que en otros momentos parecen estarnos vetadas. Es ahora cuando debemos dejarnos llevar por la pasión de la lectura, por lograr que nuestra mente nos traslade y nos aleje, que aquellos que imaginaron vidas diferentes nos proporcionen ahora la manera de vivirlas nosotros también.
No lo dudes, coge ese libro que está a tu alcance y déjate llevar, lee sin esperar nada más que lo que suceda en sus páginas.
Y cuenta, cuenta a otros, cómo has vivido en otro cuerpo, en otra mente, sin abandonar el lugar que ahora te corresponde: tu casa.
Muy bien hablado (escrito) César. Yo no lo habría dicho mejor. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Bravo! Buen retorno. Te seguiremos.
ResponderEliminarGracias a los dos. Sé que vosotros seguís leyendo.
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