Debo reconocerlo, desde el instante en que observé la portada del libro me sentí intrigado, había algo que me decía que podía estar ante una buena lectura.
Y claro, un libro que empieza con: "Vivo sola en un garaje, y solo tengo a mano un ordenador portátil y una vieja granada. Es comodísimo", a la fuerza te tiene que obligar a seguir leyendo para comprobar si el resto de las 638 páginas están a la altura de esas tres primeras frases.
Y resulta que sí, que Herra, a sus ochenta años, no solo tiene muchas cosas que contarme y enseñarme, sino que se convierte de inmediato en ese compañero, compañera en este caso, que va trasladando a las páginas del libro inquietudes, recuerdos y momentos tremendamente sugestivos.
Porque Herra no se contenta con contarnos su vida, y con ella la propia historia del siglo XX, sino que se posiciona desde el primer momento en un buen número de temas trascendentales a los que no siempre prestamos demasiada atención.
Pero, sin duda alguna, lo más interesante y atractivo es que lo hace desde la ironía, desde ese sarcasmo que solo está permitido a quienes han vivido mucho y con notable intensidad. Herra no solo nos acerca a la Europa de preguerra, sino que nos va contando, por medio de unos capítulos cortos que hace más amena la lectura, todos los acontecimientos más destacados. Y siempre muestra su opinión, aparte de narrar los hechos e invitarte a ti como lector a que seas tú quien los interprete, así que sabemos su opinión sobre la política, el sexo, los hombres, la crisis (o nuestra insistencia en tenerla siempre presente).
Una narración inteligente que incita al lector en todo momento, con la clara intención de ocuparse con detalle en aquello que le interesa y dedicar a otras cuestiones o acontecimientos apenas unas líneas.
El caso es que a Herra se le coge cariño desde el principio, y según deja claro el autor en las cuatro primeras páginas, está basada en una señora que existió realmente, convirtiéndose en esa abuela "heavy" que en algún momento de nuestra vida nos cruzamos y cuya imagen se queda adherida en nuestra mente por su enfrentamiento con lo establecido.
Una novela que nos acerca a la historia, la política, la economía y la sociedad europea (aunque otros continentes también estén presentes) de buena parte del siglo XX. Y lo hace con sencillez, con humor y con ese punto de mala leche que hace que su lectura sea aún más placentera.
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