Descubrí a José Manuel de la Huerga a través de Apuntes de medicina interna, una novela precisa y ajustada que vuelven al pasado para trazar una trayectoria vital, una novela que indica que el autor no ha caído en la tentación de adornar su prosa con descripciones vanas y palabras rimbombantes, Un autor que no necesita llenar hojas y hojas para mostrar la historia que le ronda en la cabeza y que ofrece un relato en su justa medida.
Así que cuando la editorial Menoscuarto volvió a apostar por su prosa, no pude por menos que coger el libro con intención de recuperar esa prosa que me había llamado la atención.
Quizá lo mejor de todo es que SolitarioS no es una novela, sino dos novelas breves en las que el autor ha sabido plasmar no solo el dominio del lenguaje, sino esa narrativa tan personal que logra que el lector se implique en la trama y sea un fiel compañero de los personajes.
Será la fuerza de los personajes, tanto el femenino de la primera novela como el masculino de la segunda, la que señale la propia trayectoria de la lectura, la que logre la precisión del relato, la que consiga atraparnos y nos introduzca en el espacio vital en que se mueven Berta y Félix.
De la Huerga nos habla de soledad -sus personajes dan vida al título en todo su significado-, pero no de tristeza ni melancolía, dota a su narración de un lirismo tal que más que pesar nos induce a la ternura, e incluso a un humor sencillo, llano, que no necesita más explicación que la emoción que se va despertando en nuestra lectura. De tal manera que lo que en un principio se imagina como un drama, se torna de inmediato en un juego que despierta la simpatía del lector. El autor logrará dibujar el lado más amable de un mundo que se antoja gris y apagado, elevando a sus personajes a una categoría impensable al inicio de la lectura.
Con "Ultramarinos El Pez de Oro" y "Naipe de señoritas" De la Huerga consigue llevarnos de la atención al asombro, de la prudencia al humor y del anonimato al conocimiento más profundo de unos personajes tan entrañables y extrañamente familiares. Personajes llenos de poesía que van coloreándose a medida que avanzan las páginas, capaces de trasladarnos a la Lisboa de Pessoa y compartir con ellos un juego de cartas poco habitual.
Dos novelas cortas que dejan tan buen sabor de boca que es imposible pensar en una sin evocar inmediatamente a la otra, pues las imágenes de ambas se superponen de tal manera que la imaginación continúa viva una vez cerrado el libro.
Con "Ultramarinos El Pez de Oro" y "Naipe de señoritas" De la Huerga consigue llevarnos de la atención al asombro, de la prudencia al humor y del anonimato al conocimiento más profundo de unos personajes tan entrañables y extrañamente familiares. Personajes llenos de poesía que van coloreándose a medida que avanzan las páginas, capaces de trasladarnos a la Lisboa de Pessoa y compartir con ellos un juego de cartas poco habitual.
Dos novelas cortas que dejan tan buen sabor de boca que es imposible pensar en una sin evocar inmediatamente a la otra, pues las imágenes de ambas se superponen de tal manera que la imaginación continúa viva una vez cerrado el libro.