Quien no tenga presente ante este título la película protagonizada por Gary Cooper, María Shell, Karl Malden y Ben Piaza, no sabe lo que se pierde y, como mínimo tendría que plantearse, tras leer este libro, ver sin mucho tardar el filme.
Está claro que, al menos a mí y como sucedía con el anterior título de la Colección Frontera de la Editorial Valdemar Centauros del desierto, fue el recuerdo de la película la que me atrajo nada más tener el libro en mis manos. No leí el primer volumen de la mencionada colección, y de la misma autora, Dorothy M. Johnson, Indian Country, pero tengo claro que no tardaré mucho en hacerme con sus páginas.
Y es que la autora sabe como nadie recrear los escenarios y los personajes del Lejano Oeste, pero dotando a sus relatos de una profundidad y una humanidad que nada tiene que ver con las novelas del Oeste a las que muchos nos acostumbramos.
Sí, claro que hay armas, indios, frontera y sheriff, pero que nadie busque gran cantidad de tiros. Dorothy M. Johnson refleja perfectamente esos ambientes tantas veces observados delante de la gran pantalla, pero, por encima de todo, logra transmitir la psicología de los personajes que los habitan. Unos personajes que no se conforman con transitar por las páginas del libro contándonos su trayectoria en la propia historia narrada, sino que las relaciones entre ellos se va profundizando a medida que se avanza en cada uno de los relatos.
Con una prosa ágil, con frases cortas y un perfecto dominio de los diálogos, la autora nos traslada de inmediato a un universo en el que descubrimos con sorpresa que las mujeres y los niños tienen un protagonismo que no podíamos imaginar antes de comenzar la lectura.
Llamativo resulta que el relato que da título al libro, al contrario de lo que estamos acostumbrados, aparece en último lugar, lo que nos permite a los lectores recorrer un amplio camino antes de acceder, al menos, repito, en mi caso, al texto que nos atrajo a la lectura. "La hermana perdida", "La última bravata", "Bandido improvisado", El hombre que conoció a Bucksin Kid", "El regalo junto a la carreta", "Tiempo de grandeza", "Diario de aventura", "La historia de Charley" y "La squaw de la manta" preceden con maestría a "El árbol del ahorcado".
Seguro que si este libro apareciese ahora algún iluminado la señalaría de inmediato como "literatura de mujeres" no tanto por el sexo de la escritora, sino por el protagonismo que aquellas alcanzan en todas sus páginas. Un protagonismo de mujeres duras, luchadoras y, por encima de todo, supervivientes en un mundo hostil que parecía estar hecho solo para héroes masculinos.
Sí, El árbol del ahorcado fue el relato que me atrajo, pero los relatos precedentes están a su altura a pesar de su menor tamaño, aquel con sus 117 páginas casi habría que tratarlo más como novela de breve que relato grande. No obstante debo decir que al leerlo muchas de las imágenes del cine han aparecido ante mí con una nitidez tan clara que pareciera más cine que literatura.
Seguro que si este libro apareciese ahora algún iluminado la señalaría de inmediato como "literatura de mujeres" no tanto por el sexo de la escritora, sino por el protagonismo que aquellas alcanzan en todas sus páginas. Un protagonismo de mujeres duras, luchadoras y, por encima de todo, supervivientes en un mundo hostil que parecía estar hecho solo para héroes masculinos.
Sí, El árbol del ahorcado fue el relato que me atrajo, pero los relatos precedentes están a su altura a pesar de su menor tamaño, aquel con sus 117 páginas casi habría que tratarlo más como novela de breve que relato grande. No obstante debo decir que al leerlo muchas de las imágenes del cine han aparecido ante mí con una nitidez tan clara que pareciera más cine que literatura.
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