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lunes, 19 de febrero de 2018

TIEMPOS OSCUROS. John Connolly


No recuerdo muy bien en qué novela de John Connolly descubrí a Charlie Parker, ni siquiera sé cuáles son las que me faltan por leer. Parker es uno de esos personajes que entran a hurtadillas y que, no sabes cómo, se quedan de manera peremne en tu memoria, hasta tal punto que cualquier nuevo (o viejo) libro en el que aparece su nombre produce en ti una atracción tal que te es imposible mantenerte al margen.
Y es que Connolly, John, por supuesto, ha logrado crear una nueva manera de vivir la novela de misterio, de leer una historia llena de interrogantes en las que es inevitable posicionarte y buscar en tu propia memoria acontecimientos, dudas y pensamientos que te son propios. Está claro que, como no se cansa de decir su autor, no estamos ante una novela negra, policíaca; hay algo más, algo que la hace distinta y que, como decía antes, te atrapa de manera continuada y, por qué no decirlo, especial. No hay duda que mucho tiene que ver la educación católica que compartimos; a pesar de sus muchas diferencias Irlanda y España han mantenido, durante muchos años, una visión católica de la ética, la vida, el perdón, la pena y la muerte, así que no resulta extraño compartir muchos de esos elementos que, al menos en algunos momentos de la vida, se asemejan de manera notable.
Por supuesto que Charlie Parker es un personajes diferente, con unos antecedentes personales que no son ajenos a otros ex-policías (su mujer y su hija fueron asesinadas), pero que el percibe de una manera especial, construyendo una novela en las que lo real y lo sobrenatural se conjugan para construir una historia particular. Quizá la mejor descripción la hace el propio autor al tachar su novela de misterio en el sentido religioso de la palabra.
Es cierto que en esta entrega, la que hace la nada despreciable número quince, lo sobrenatural se hace mucho más presente y que se aleja a pasos agigantados de la novela policíaca tradicional, pero Parker sigue siendo ese detective que se postula en el lado más complejo, más difícil, que supone luchar de manera denodada contra esas fuerzas del mal que se hacen omnipresentes a lo largo de toda la narración.
Pero eso sí, Parker sigue siendo ese hombre leal, inteligente, que busca, por encima de todo, la justicia, que usa su soledad y su sufrimiento para esclarecer cada uno de los enigmas que se le plantean continuamente. Y claro, vuelven, como no podía ser de otra manera, a acompañar al protagonista Angel y Louis, dos personajes totalmente atípicos, pero que se hacen imprescindibles en la novela.
Una novela adictiva, violenta, que te sumerge en un universo propio que te impulsará a buscar más novelas de la serie y en la que todo formará parte de tu propia realidad, incluso aquellos episodios en los que en otra historia los catalogarías como fantasía. Un verdadero disfrute para los amantes del misterio y quienes busquen pasar un rato atrapado en una historia absorbente.